El 80% de las mujeres desempleadas víctimas de la violencia de género identifica la falta de trabajo como la mayor barrera para pedir ayuda y denunciar y un 77,3% admite dificultades para denunciar por “miedo a represalias”.
Así se desprende del 12º Informe violencia de género y empleo realizado por Fundación Adecco coincidiendo con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, que se celebra cada 25 de noviembre.
En esta edición, el análisis se ha elaborado a partir de una encuesta realizada a 350 mujeres en situación de desempleo que están superando un proceso de violencia de género y buscan activamente trabajo.
Tres de cada cuatro mujeres encuestadas manifiesta dependencia emocional y/o afectiva; un 65,1% señala “vergüenza a la hora de reconocer las situaciones que ha tolerado” y un 54,1,% tiene temor a no ser creída. Por último, un 48,6% expresa miedo a perder la custodia de sus hijos y un 27% alude a la inseguridad jurídica.
No obstante, en los últimos años las denuncias por violencia de género han experimentado un notable crecimiento. El pasado año, el aumento de denuncias por violencia de género estuvo presente en todas las regiones de España, siendo Extremadura (30,7%), Navarra (28,3%), Aragón (19,7%) y Canarias (17,2%) las comunidades donde se registraron los mayores incrementos.
En el extremo opuesto, en Castilla-La Mancha (4,2%), Andalucía (5,1%) y País Vasco (6,8%) las denuncias han crecido en menor medida. Los principales obstáculos que encuentran las mujeres víctimas para afrontar la búsqueda de empleo son la inseguridad y la falta de autoestima (64,9%), el temor a ser localizadas por la persona agresora en el puesto de trabajo (48,6%), la incompatibilidad de horarios para hacer frente a sus responsabilidades familiares (43,5%), la ausencia de medios digitales para buscar trabajo (27%) y el desconocimiento a la hora de definir una estrategia de búsqueda de empleo (21,1%).
El 72,7% prefiere no mencionar la situación de violencia de género en las entrevistas de trabajo, “por si pudiera perjudicarle” debido a prejuicios que siguen asociando a las mujeres víctimas “con personalidades inseguras, dependientes o conflictivas”. Prácticamente la totalidad (96,9%) de las mujeres víctimas en desempleo encuentra algún tipo de dificultad para llegar a fin de mes y un 64,2% se plantea trabajar en la economía sumergida o irregular, ante la urgencia de ingresos económicos.
“La empleabilidad de las mujeres víctimas de la violencia de género merece una atención urgente por parte de todos los actores sociales, siendo el primer paso ofrecerles el acompañamiento necesario para devolverles la confianza, la autoestima y la capacidad para retomar el control de sus vidas”, ha destacado Begoña Bravo, responsable del plan de inclusión de la Fundación Adecco
En este proceso, ha añadido Bravo, resulta fundamental diseñar un itinerario de empleo personalizado, incidiendo en la formación en los sectores emergentes y en el apoyo psicológico para su recuperación emocional. “Asimismo, la sensibilización y la flexibilidad laboral son claves para que las mujeres víctimas puedan desarrollar una carrera profesional con garantías”, ha añadido.
Ante los resultados del informe, la Fundación Adecco urge a dotar a las mujeres víctimas “del conocimiento y recursos necesarios para que no caigan en la precariedad y en la desprotección, a través de un empleo digno, justo y adecuado a sus necesidades”, ha indicado Begoña Bravo.