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El milagro de Phoebe en Tenerife: “Me salvaron la vida, solo puedo dar las gracias”

El milagro de Phoebe en Tenerife: "Me salvaron la vida, solo puedo dar las gracias"
Phoebe Rowe

Phoebe Rowe llevaba cinco días de vacaciones en Tenerife con su pareja Ryan Butler, de 25 años, cuando empezó a sentir dolores de barriga. La joven, de 22 años, había sido hospitalizada por una infección de orina cuatro meses antes y creía estar experimentando síntomas similares pero Phoebe, que vive en Leamington Spa, Warwickshire, decidió tomar analgésicos sin receta para seguir disfrutando de su estancia en Canarias.

Según narra el Daily Mirror, al día siguiente se despertó vomitando y con un dolor de estómago “insoportable”, Phoebe acudió al hospital, donde le dijeron que tenía pancreatitis, una enfermedad grave en la que el páncreas se inflama en muy poco tiempo.

Los médicos de la isla no tardaron en descubrir que Phoebe estaba luchando contra una pancreatitis necrótica grave y que el 90% de su órgano “había muerto”.

Phoebe fue trasladada de urgencia a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde los médicos le drenaron cuatro litros de líquido tóxico que se había dispersado por su páncreas. Durante este tiempo, se dijo a sus seres queridos que Phoebe podría no sobrevivir.

Tras pasar tres semanas en cuidados intensivos en Tenerife, Phoebe pudo regresar al Reino Unido, aunque seguirá medicada el resto de su vida.

“Las vacaciones eran algo que los dos llevábamos tiempo esperando. Llevábamos cinco días de vacaciones y empecé a tener dolor de barriga. Fuimos a la farmacia y compramos analgésicos. No le di importancia. Al día siguiente me desperté con mucho dolor, vómitos y fiebre. Pensé que era otra infección de orina. Nos íbamos a casa al día siguiente, así que pensé que podría ir al hospital cuando volviera a casa”, dijo.

Por suerte, la joven acudió a un centro hospitalario en Tenerife en el que le dijeron que la siutación era muy grave: “Me dijeron que estaba gravemente deshidratado y al borde de la septicemia. Entré en estado de shock”.

“Me sometí a diálisis, que consistía básicamente en hacer funcionar los riñones, y a oxígeno para eliminar el líquido de los pulmones. Durante los primeros cuatro o cinco días estuve tomando analgésicos”, reconoce.

“Solo puedo dar las gracias a todo el personal del hospital de Tenerife porque fue increíble y me salvaron la vida: me llamaron milagro andante”, reconoce.

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