El Águila no es solo una cafetería, sino todo un emblema del Carnaval chicharrero. Este negocio familiar, con más de 30 años de historia, abrió sus puertas en el corazón de Santa Cruz y, desde su nacimiento, convirtió su terraza, ubicada en la plaza de El Chicharro, en el epicentro de las noches de baile de la fiesta.
Buena música y un ambiente agradable concentran, desde entonces, a cientos de mascaritas en este espacio que se transforma, con la llegada de Don Carnal, en una gran discoteca al aire libre. Un punto neurálgico donde “te sale más barato tomar una copa en Carnaval que en cualquier otra época del año”, según afirma el gerente y DJ de El Águila, Rayco Sánchez.
No obstante, para que los carnavaleros puedan disfrutar de este rincón cada noche o día de fiesta, los actuales propietarios del negocio, que ha ido pasando de generación en generación, han de hacer un gran desembolso económico, pues “solo en personal hemos contratado este año a 30 personas más, entre camareros y seguridad, formando una plantilla de 45 personas”, detalla el gerente.
Gasto que, junto al canon que pagan al ayuntamiento por uso de suelo público, no compensa el sacrificio. “Los bares deberíamos tener un trato diferenciado respecto del que viene de fuera, pues, al final, el dinero se queda aquí. La política municipal no tiene en cuenta que pagamos luz, tasas, más personal y servicios, pero sí permite botellones y fomenta una competencia que, al final, hace daño al empresariado local”, lamenta.
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