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José Bretón confiesa por primera vez que mató a sus hijos

El escritor Luisgé Martín desvela en su libro El odio las confesiones del parricida
José Bretón
José Bretón. DA

Han transcurrido 14 años desde que José Bretón cometiera uno de los crímenes más estremecedores de la historia reciente en España: el asesinato de sus hijos Ruth, de 6 años, y José, de 2. Este acto, motivado por un odio visceral hacia su expareja Ruth Ortiz, conmocionó a la sociedad por la brutalidad con la que un padre decidió acabar con la vida de sus propios hijos. Ahora, el escritor Luisgé Martín desvela en su libro El odio las confesiones del parricida, quien admite haber actuado movido por un odio profundo.

A través de cartas, llamadas telefónicas y visitas a la prisión de Herrera de la Mancha, donde Bretón cumple condena, Luisgé Martín ha reconstruido los pensamientos del asesino en aquellos días. Según extractos publicados en El Confidencial, Bretón no soportaba la idea de que sus hijos crecieran bajo el cuidado de la familia materna, a quienes consideraba “tóxicos”. Esta obsesión lo llevó a planificar meticulosamente el crimen. “Ahí fue cuando empecé a volverme loco”, confesó al escritor.

El relato de Bretón es escalofriante. Preparó todo para garantizar que los niños murieran sin sufrimiento y que sus cuerpos desaparecieran para evitar ser descubierto. “Sin cadáveres no hay crimen”, afirmó con frialdad. Drogó a los pequeños con somníferos antes de quemar sus cuerpos en una hoguera en la finca Las Quemadillas, Córdoba. “La mañana del 8 fui a despertarlos; mi hijo José me echó los brazos para que lo cogiera. Pensé: ‘Vaya tela que sea hoy el último día que te vea’, pero no recuerdo nada más”, relató.

En cuanto a Ruth Ortiz, Bretón asegura que le gustaría pedirle perdón, pero admite no tener el valor para enfrentarse a ella. “No sabría qué decirle. Ni siquiera sé cómo entender lo que pasó”, expresó. Aunque afirma haberse perdonado a sí mismo para poder seguir viviendo, reconoce que nadie más puede hacerlo.

El caso Bretón marcó un antes y un después al visibilizar la violencia vicaria: aquella en la que un progenitor daña a los hijos como forma de venganza hacia su pareja. Condenado en 2013 a 40 años de prisión, Bretón se convirtió en el símbolo del mal calculado y despiadado.

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