Los vecinos de los parques rurales de Tenerife están cansados de padecer a diario las consecuencias de las miles de visitas que reciben estos espacios naturales, de gran belleza, que son uno de los atractivos turísticos de la Isla y uno de sus principales reclamos turísticos para los viajeros que disfrutan del conacto con la naturaleza.
La falta de infraestructuras adecuadas, los problemas de movilidad o la carencia de una planificación que permita ordenar las visitas hacen que la actividad turística y de ocio en estas zonas haya pasado a ser un incordio para los residentes, pese a que los negocios de las diferentes zonas valoran la afluencia de personas porque contribuye a su desarrollo socioeconómico.
En las últimas semanas, los vecinos de Parque Rural de Anahan vuelto a manifestar su hartazgo con la actual situación y amenazan, incluso, con cortar el acceso a la zona, “hartos” de aguantar cada día, desde hace dos años, las largas colas de vehículos y guaguas de turismo que colapsan las vías. La promesa del Cabildo de que a partir de enero no entrarían más guaguas grandes de turismo sigue sin materializarse, aunque en el pleno celebrado el pasado viernes se marcó una nueva fecha: el mes de mayo.
A ellos se suman ahora los vecinos del Barranco de Masca, en Buenavista del Norte, que preparan un documento con sus demandas al Ayuntamiento y el Cabildo, en el que pedirán soluciones para un caserío que, denuncian, sufre de colapsos diarios en su tráfico y inseguridad ciudadana con infraestructuras inadecuadas, mientras el espacio se convierte en un “parque temático” del turismo, el “Machu Picchu español”.
El presidente de la Asociación de Vecinos del Barranco de Masca, Jorge Javier Díaz, resume las principales reivindicaciones de unos ciudadanos que desarrollan sus rutinas con dificultad dado el flujo del turismo y la “falta de orden” en sus vías e infraestructuras, a lo que suman insuficiencias en presencia policial, estacionamiento y en el plan de señalización.
Díaz destaca la falta de seguridad que perciben: “Roban en los miradores día sí y día también. Sabemos que la Guardia Civil está haciendo una labor importante con la escasez de medios que tiene, pero lo que necesitamos es presencia policial”, señala.
El portavoz vecinal se detiene en las condiciones de la carretera que discurre por la zona, que fue construida “por los propios vecinos” entre los años 60 y 80 y concebida en espacio para un solo vehículo. Hoy, relata, se requieren de más apartaderos, de mejora de su asfaltado y, de incluso, un ensanche de la vía.
“No nos valen aplicaciones móviles, no nos valen semáforos de colores, no nos valen advertencias luminosas porque eso, al final, sí, es una ayuda, pero no resuelve el problema. Muchos de los problemas se resolverían con presencia policial y una grúa”, advierte. Según los datos que maneja el presidente, se estiman unos 50 estacionamientos legales en la zona, una dificultad que se agravaría con la situación de un caserío que, exponen, no cuenta con un plan de señalización adecuado.
Defienden la necesidad de la normativa para el control de acceso turístico al barranco, pero argumentan el derecho de que se cuente en ese proceso con su palabra, y con el resto de peticiones, mientras se sienten rodeados de turismo y piden comodidad. “Todo se está enfocando al plano turístico, pero ¿cuándo pensamos en el vecino?”, se pregunta Jorge Javier.
El Teide, en el foco de la protesta de la Fundación Telesforo Bravo
La Fundación Telesforo Bravo y Juan Coello también ha alzado la voz advirtiendo del “caos” en el Parque Nacional del Teide, con coches aparcados en los márgenes de la carretera y gente caminando fuera de los senderos o por las propias vías. La Fundación cargó contra los políticos que dirigen el parque porque, aunque dicen que “han tomado medidas sin precedentes para protegerlo”, la realidad es que solo buscan “turistas y más turistas”. En esa línea lamentó que no se apruebe un PRUG que “limite” los visitantes.
La Fundación señaló que “no quieren controlar el acceso de los vehículos, sobre todo de alquiler”, y tampoco son capaces de controlar los “numerosos aparcamientos ilegales, a pesar de que hace más de un año anunciaron la adquisición de elementos para bloquearlos”. “Tampoco hay suficiente vigilancia y el pasado lunes disuadimos a varios turistas de volar drones y llevarse rocas”, subrayó.