Por Carlos Acosta García.| Muy cierto es que se juega hoy con géneros y números con la misma alegría con que suele jugarse al parchís. Lo peor de la cuestión estriba en que aquello que considerábamos enfermedad se ha convertido en epidemia. Puedo decirles que, en un solo día, me he encontrado en tres periódicos cuatro problemas relacionados con este juego casi infantil del género y el número. Pongan cuidado: “La mayoría del equipo no está identificado con el entrenador”. Como se puede observar, el núcleo del sujeto no es la palabra equipo sino la voz mayoría. Y si esta palabra es femenina, el vocablo identificado es incorrecto. Debería escribirse identificada.
El segundo ejemplo es aún más triste que el anterior: “Antes de que comenzara la batalla, el coronel le dirigió una arenga a los soldados”. Está claro que si los soldados son muchos, el pronombre le está mal empleado. Se debió escribir “les”. Si en lugar de soldados se hubiera escrito, por ejemplo, tropa, que está integrada por soldados, pero es un nombre colectivo en singular, las cosas se resolverían de otro modo. Como ya expuse en cierta ocasión, los nombres colectivos suelen jugarnos malas jugadas.
Tercer ejemplo: “El rebaño de ovejas atravesaron fácilmente el río”. Estamos ante el mismo error y otra vez por culpa del nombre colectivo. El sujeto no es ovejas (plural), sino el rebaño (colectivo singular). En vista de esta situación, el verbo debe emplearse en singular. O sea, atravesó en lugar de atravesaron. Pero parece que no hay modos de acertar a la primera.