Manuel Torreiglesias, uno de los rostros más emblemáticos de la televisión pública en España y pionero de los programas sobre bienestar y vida saludable, ha fallecido a los 84 años, tal como ha confirmado este lunes el Concello de Pontedeume, su localidad natal.
Torreiglesias fue durante más de una década el alma de Saber vivir, un espacio diario de salud emitido por RTVE, que logró calar profundamente entre la audiencia y que se convirtió en una guía diaria para miles de personas. Su forma cercana y directa de comunicar temas complejos lo convirtió en una figura muy querida, especialmente entre el público mayor.
El periodista que enseñó a cuidarse desde casa
Nacido en Puentedeume en 1941, su carrera no comenzó en los medios, sino en la educación. Primero se tituló como maestro y luego se licenció en Filosofía en la Universidad de Salamanca. Más adelante, completó estudios de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid. Fue su capacidad para traducir el lenguaje médico al lenguaje cotidiano lo que lo llevó a desarrollar un perfil único en la pequeña pantalla.
Ingresó en RTVE en 1964, y pronto supo que su vocación estaba en la divulgación científica y sanitaria. En 1997, lanzó Saber vivir, un espacio que no solo fue un éxito de audiencia, sino también un referente educativo. Durante 12 años ininterrumpidos, abordó temas sobre alimentación, ejercicio, salud mental y medicina preventiva, siempre con expertos invitados y con un tono accesible.
Un adiós abrupto a la televisión pública
En mayo de 2009, Saber vivir vivió un giro inesperado. Torreiglesias fue apartado del programa tras una decisión de RTVE, que alegó irregularidades en la inserción de contenidos publicitarios. El comunicador expresó públicamente su desacuerdo con la decisión y, poco después, encontró un nuevo espacio en la televisión privada: +Vivir, emitido por Intereconomía, donde continuó su labor hasta 2013.
A partir de entonces, aunque alejado del foco, nunca dejó de estar vinculado a su pasión por informar y educar sobre la salud.
Una lucha silenciosa por su salud
En sus últimos años, Torreiglesias compartió abiertamente su situación personal: esperaba desde hacía cuatro años un trasplante de riñón. En entrevistas recientes, se mostraba sincero sobre lo que suponía vivir con diálisis: “La diálisis es un coñazo”, llegó a decir en una entrevista con El Mundo, con la franqueza que lo caracterizaba.
También defendía la necesidad de revisar los criterios de edad en los sistemas de donación de órganos, señalando que tratamientos como la diálisis no solo son duros, sino también costosos para la sanidad pública.
El legado de un pionero
A pesar de no volver a la televisión tras su salida de +Vivir, su figura seguía muy presente. En una entrevista con La Voz de Galicia en 2019, reconocía con cierta ironía que la gente aún creía verlo en la pantalla. “Hace años que no aparezco en televisión, pero muchos me dicen que me han visto hace poco”, comentaba, al tiempo que lamentaba la escasa presencia de personas mayores en los medios: “Los que tenemos mi edad lo tenemos difícil para que se nos escuche”.
Manuel Torreiglesias deja un legado marcado por la claridad, la vocación de servicio y el impulso a una televisión más humana y pedagógica. Su labor como divulgador incansable de la salud quedará para siempre en la memoria de quienes aprendieron con él a cuidarse un poco mejor cada día.