Por Luis Ortigosa
Sí, pero son pocos casos, un brote pequeño, dirán algunos.
Pero, aunque tan sólo se tratase de un único caso de sarampión, declarado autóctono, es decir, diagnosticado en una persona residente en Canarias, es una alarma importante de Salud Pública. Y este pequeño brote, de varios casos, recientemente diagnosticados en Canarias, significa una gran alerta para la Salud Pública de nuestra Comunidad Autónoma, que requiere una vigilancia epidemiológica durante las próximas semanas, para confirmar la finalización del brote y el control de la enfermedad.
No podemos olvidar, que el sarampión ha sido declarado una enfermedad eliminada del territorio español desde el año 2017 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). España es un país libre de transmisión endémica de sarampión. De hecho, si analizamos los brotes de sarampión notificados en Canarias en los últimos años, son muy pocos casos, y todos ellos importados (es decir, diagnosticados en personas no residentes en Canarias, extranjeros de paso por las islas, o turistas) o casos vinculados a esos casos importados. Lo que habla de la robustez de la inmunidad de grupo de la población canaria frente a esta enfermedad.
Es una enfermedad que, aunque se presenta habitualmente en la infancia, puede presentarse a lo largo de la vida de una persona, si ésta no ha sido correctamente vacunada o no ha enfermado de sarampión.
El sarampión es una enfermedad muy contagiosa (se estima que una persona enferma puede llegar a contagiar a otras 18-20 personas susceptibles). Es de las enfermedades inmunoprevenibles (que se pueden controlar mediante la vacunación) más contagiosas .Y la vacuna existente es muy eficaz.
Sus síntomas son fáciles de diagnosticar por los profesionales sanitarios: fiebre alta, de 4-5 días, con período catarral, tos, ojos enrojecidos, y en los primeros días puede apreciarse unas características manchas de color blanquecino en la mucosa de la boca (“manchas de Koplick”). A partir del tercer al séptimo día aparece una erupción (exantema sarampionoso) que suele comenzar por la cara para ir extendiéndose por todo el cuerpo durante los días siguientes.
Aunque el sarampión se considera por parte de algunas personas como una enfermedad benigna, y que hay que pasar de forma natural, en ocasiones presenta complicaciones importantes, en forma de neumonía, encefalitis, e incluso la muerte. Por eso la OMS la tiene en cartera para su erradicación desde el año 2001.
En 2025 se cumplen 50 años desde que se introdujo la vacunación frente al sarampión en el Calendario de Vacunaciones español. En la actualidad se administran dos dosis para una correcta inmunización: a los 12 meses, y a los 3 año de vida. El 95% de la población pediátrica y adolescente está correctamente vacunada, por eso, cada vez que se diagnostica un nuevo caso de sarampión en España, se trata de un caso importado, o vinculado al mismo. En lo que va de año, se han diagnosticado en toda España unos 378 casos, y en Canarias, dos casos hace unos meses, y en los últimos días, otros tres casos. Hay que señalar que dos de esos casos tenían menos de doce meses (por lo que aún no habían accedido a la vacuna), otro, era un caso importado, y otro, un caso vinculado a este último, y el último es un caso de contagio desconocido. Y aquí está el verdadero problema. Si comenzamos a diagnosticar casos autóctonos, y sin identificar el caso índice, aunque se trate de pocos casos, es una grave situación epidemiológica, que nos pone en alerta, de la posibilidad de que las coberturas vacunales puedan estar debilitándose. Circunstancia que por ahora no sucede: nuestras coberturas de vacunación frente al sarampión son magníficas. Pero no se puede bajar la guardia ante esta enfermedad.
Cuando se vacuna a un niño, se le está protegiendo individualmente para que no enferme, y cuando las coberturas vacunales alcanzan al 95% de la población, entonces se genera la inmunidad de grupo (o inmunidad de rebaño, si se usa la terminología anglosajona), una auténtica maravilla epidemiológica que protege a prácticamente toda la población.
Esa es la magia de la vacunación: si las coberturas de vacunación frente al sarampión alcanzan el 95% , la enfermedad deja de circular entre la población. Realmente, no es magia, es ciencia. La ciencia de la vacunación.
La OMS inició en el año 2001 una campaña mundial de erradicación del sarampión, con unos objetivos claros: fortalecer la inmunidad de grupo de la población, buscando alcanzar coberturas superiores al 95% con dos dosis de vacuna en la infancia, y establecer un riguroso plan de vigilancia epidemiológica para identificar todos los casos sospechosos de sarampión, para cortar lo más rápidamente la cadena de transmisión de la enfermedad.
Y el plan ha venido funcionando bien en la mayoría de los países, con España como ejemplo a nivel mundial, pero desafortunadamente, los gobiernos de otros países del entorno europeo han bajado la guardia, y en los últimos diez años se vienen produciendo brotes importantes en países como Reino Unido, Italia, Francia, Alemania o Rumanía, dónde la enfermedad está ocasionando miles de afectados, con niños y adultos fallecidos por la epidemia. El origen de estos brotes hay que buscarlo en la relajación en las políticas de vacunación en esos países, debido, entre otras causas, a la influencia de los movimientos negacionistas y antivacunas, que difunden por internet y redes sociales bulos y falsas noticias, que generan dudas entre la población sobre la importancia de las vacunas, como herramientas fundamentales para mejorar la salud individual y colectiva
Por tanto, debemos estar alertas, los profesionales sanitarios y la población, ante la posibilidad de la llegada de casos de sarampión desde fuera de las islas. Todos los casos importados que han sido diagnosticados en Canarias en la última década han llegado en avión, desde países europeos y sudamericanos, y quizá en los próximos meses puedan llegar desde EE.UU., viendo lo que está sucediendo en el país norteamericano en tan sólo unos meses de la llegada de Donald Trump a la presidencia, con la preocupante deriva que está tomando la salud pública en EE.UU., y las acciones oficiales desde la administración estadounidense en contra de las vacunas. De hecho, ya están notificándose brotes de sarampión en algunos estados, con el fallecimiento de niños debido al sarampión. Algo impensable hace unos años.
El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), ante el repunte de sarampión a nivel mundial, alerta a la población y a la comunidad científica, sobre estos brotes de sarampión, que representan una amenaza para la salud global, y especialmente a la población infantil.
Afortunadamente, Canarias está fuera de esta dinámica mundial, y en estos momentos sería muy difícil que se produzca un brote epidémico importante de sarampión en nuestro archipiélago, dadas las envidiables coberturas de vacunación de que disponemos. Pero la amenaza mundial está ahí, y debemos extremar la vigilancia ante cualquier caso sospechoso de sarampión en las islas.
*Miembro del Grupo Técnico de Vacunas de Canarias y del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría
