Científicos del Instituto de Ciencias Planetarias han hecho un descubrimiento en el planeta Mercurio que podría cambiar nuestra comprensión del sistema solar. Utilizando imágenes de la sonda MESSENGER de la NASA, estos investigadores han encontrado pruebas intrigantes que sugieren que la vida podría existir en el planeta Mercurio, específicamente en su polo norte. A diferencia de la Tierra, donde el agua es esencial para la vida, en Mercurio, los científicos creen que la vida podría haberse desarrollado en glaciares de sal, atrapando volátiles como agua, nitrógeno y dióxido de carbono.
El descubrimiento de estos glaciares en Mercurio se atribuye a impactos de rocas espaciales en su superficie. Estos impactos perforaron la capa basáltica externa, liberando compuestos ricos en volátiles debajo de la superficie. Sin embargo, las altas temperaturas en Mercurio, que pueden alcanzar los 430 grados Celsius (806 grados Fahrenheit) durante el día, llevaron a la evaporación de estos compuestos. A pesar de ello, los vestigios de estos glaciares se pueden identificar gracias a sus características geológicas únicas.
«Estos glaciares mercurianos, distintos de los de la Tierra, se originan a partir de capas ricas en volátiles (VRL) profundamente enterradas y expuestas por impactos de asteroides. Nuestros modelos afirman firmemente que el flujo de sal probablemente produjo estos glaciares y que después de su emplazamiento retuvieron volátiles durante más de mil millones de años». dijo el coautor del estudio Bryan Travis.
Según Bryan Travis, uno de los coautores del estudio, «Estos glaciares mercurianos, a diferencia de los de la Tierra, se originaron a partir de capas ricas en volátiles profundamente enterradas y expuestas por impactos de asteroides. Nuestros modelos sugieren que el flujo de sal probablemente formó estos glaciares y que, una vez formados, retuvieron volátiles durante más de mil millones de años». Esto plantea la posibilidad de que áreas subterráneas de Mercurio, resguardadas del intenso calor del sol, puedan proporcionar condiciones adecuadas para formas extremas de vida.
Los glaciares de Mercurio podrían albergar vida
Alexis Rodríguez, autor principal del estudio, compara estos glaciares de sal en Mercurio con compuestos de sal en la Tierra que crean nichos habitables incluso en entornos hostiles como el desierto de Atacama en Chile. Esta analogía nos lleva a considerar la posibilidad de que existan áreas subterráneas en Mercurio que sean más hospitalarias de lo que podría parecer en su dura superficie. Estas áreas, según Rodríguez, podrían ser como las «zonas de Ricitos de Oro» dependiendo de su profundidad bajo la superficie, en lugar de la distancia de una estrella.
Este descubrimiento cuestiona la noción previamente aceptada de que Mercurio es un planeta carente de sustancias volátiles. Los investigadores sugieren que las capas ricas en volátiles podrían estar ocultas debajo de la superficie del planeta. Rodríguez señala que «un misterio central sobre Mercurio gira en torno a la génesis de sus glaciares y terrenos caóticos. ¿Qué mecanismo fue responsable de la formación de los VRL? En nuestra investigación, introducimos un modelo que integra datos de observación recientes para abordar esta cuestión».
Este descubrimiento desafía las teorías convencionales sobre la formación de sustancias volátiles, que tradicionalmente se centraban en procesos de diferenciación del manto planetario. Según Rodríguez, «en cambio, la evidencia sugiere una estructura a gran escala, posiblemente derivada del colapso de una atmósfera primordial fugaz y caliente en los primeros días de la historia de Mercurio. Este colapso atmosférico podría haber ocurrido principalmente durante los prolongados períodos nocturnos cuando la superficie del planeta no estaba expuesta al intenso calor del sol».
Implicaciones de encontrar vida en Mercurio
El descubrimiento de estos glaciares de sal en Mercurio es un paso importante en la comprensión de la geología de este planeta y su potencial para albergar vida según los científicos que también han encontrado habitad de exoplanetas con posibilidades de vida. Además, podría tener implicaciones significativas en el estudio de la astrobiología y la habitabilidad de exoplanetas similares a Mercurio.
«Estas áreas podrían potencialmente actuar como ‘zonas Ricitos de Oro’ dependientes de la profundidad, análogas a la región alrededor de una estrella donde la existencia de agua líquida en un planeta podría permitir la vida tal como la conocemos, pero en este caso, la atención se centra en la derecha profundidad debajo de la superficie del planeta en lugar de la distancia correcta de una estrella».
Mercurio es un planeta único en nuestro sistema solar, ya que es el más cercano al Sol. Su perfil orbital, características superficiales y atmósfera hacen de este planeta un objeto de estudio fascinante para los científicos. La investigación sobre Mercurio ha sido impulsada por varias misiones espaciales, incluyendo Mariner 10 y MESSENGER de la NASA, y continúa siendo relevante para mejorar nuestra comprensión del cosmos.
Este emocionante hallazgo científico abre nuevas posibilidades en nuestra búsqueda de vida más allá de la Tierra y nos invita a reconsiderar lo que sabemos sobre los planetas y las condiciones propicias para la vida en el vasto universo.