Todo el mundo ha visto o comprado las clásicas bandejas parecen carne picada de los supermercados, pero en realidad ni por su composición ni según la ley lo son. Sólo si revisas la etiqueta del producto verás que la palabra carne no está impresa en ningún lado y que en todo momento se habla de burger meat.
En realidad no nos mienten, es carne de hamburguesa, pero este es uno de los muchos trucos de la industria para vender un producto con más beneficio y si saltarse la legislación sobre la veta de estos productos cárnicos. Según la normativa, sólo se puede llamar carne picada al producto elaborado con carne y sometida a un proceso de picado sin ningún tipo de añadido extra. Por eso las marcas solo pueden venderlo con el nombre burger meat, un preparado en el que intervienen otros ingredientes (cereales, vegetales), así como aditivos y conservantes.
El Real Decreto 474/2014 que es el que clasifica este tipo de productos de consumo establece tres categorías muy diferenciadas. La primera es “carne picada”, burger meat y la última que se trata de la “hamburguesa”. En este caso, es carne que no puede llevar aditivos ni conservantes, pero a la que sí se le pueden añadir condimentos (sal, pimienta…) y antioxidantes naturales. Las clásicas hamburguesas ya preparadas es muy posible que no sean burger meat, sino este producto, cuya caducidad es más corta, de unas 72 horas.
La carne picada es simplemente carne que ha sido sometida a un proceso físico de picado sin añadidos, entonces si se le puede llamar así. Por otro lado la famosa burger meat que nos venden incluso más cara a veces, es un preparado de carne que se elabora con carne picada y un mínimo del 4% de cereales u otros vegetales, y que suele contener sulfitos para su conservación.
“Existe la burger meat, hamburguesa y carne picada como denominaciones según la ley
Este producto es el que se encuentra en la inmensa mayoría de los supermercados de todo el país y el que más se consume cuando ir al carnicero y que nos pique carne suele salir mucho más barato que este producto elaborado y poco saludable.
Lo que marca las diferencias entre unos productos y otros es el uso de sulfitos, que es el que determina los requisitos del producto, porque en burger meat se pueden utilizar y en otros preparados de carne, no. Así que, cuando se utilizan hay que añadir al menos un 4% de vegetales. Hay que recordar que los sulfitos se añaden para que la carne tenga más conservación y se puede vender más días a pesar de que muchos estudios afirman que es nocivo para la salud.