Los confines del espacio siempre han sido un enigma para los seres humanos, y una década después de su descubrimiento, las ráfagas de radio rápidas (FRB, por sus siglas en inglés) siguen siendo un misterio para la comunidad científica. Estas FRB, señales de radio que surgen desde lugares desconocidos del universo, han mantenido a los científicos en vilo, especulando sobre su origen. Mientras unos defienden la idea de que podrían ser intentos de comunicación extraterrestre, otros postulan que los agujeros negros podrían estar detrás de estas emisiones.
Un nuevo giro en esta historia llega desde la Universidad de Tokio, donde investigadores sugieren que las FRB podrían originarse en terremotos que ocurren en estrellas de neutrones en rápida rotación. Estas estrellas poseen los campos magnéticos más intensos conocidos en el cosmos.
A través de un estudio meticuloso, el equipo ha identificado que la energía liberada por movimientos en la superficie de las estrellas de neutrones es curiosamente parecida a la que experimentamos en la Tierra con nuestros terremotos. Aunque la primera FRB fue captada por radiotelescopios en 2001, no fue hasta 2007 que se reconoció su existencia, cuando científicos descubrieron la señal mientras analizaban datos antiguos.
La ciencia sigue monitoreando las señales de radio alienígenas
Tomonori Totani, líder del estudio, comentó sobre la abrumadora cantidad de FRB detectadas en los últimos tiempos. «Decidimos comparar los datos de FRB con datos sobre terremotos y erupciones solares, buscando similitudes». El proceso implicó el análisis bidimensional de cerca de 7.000 ráfagas procedentes de tres fuentes FRB diferentes, y después, realizar una comparación con datos de terremotos en Japón y erupciones solares.
Gracias al uso de un innovador algoritmo, el equipo, con la colaboración del estudiante de la Universidad de Toronto, Peter Ma, pudo observar 820 estrellas en una región del espacio que anteriormente se consideraba inactiva en términos de posibles señales extraterrestres. Los resultados fueron reveladores: las FRB mostraron una similitud «asombrosa» con los patrones de terremotos. Específicamente, ambas fuentes de emisión presentaban réplicas, disminuyendo su ocurrencia con el tiempo. Además, la energía de las ráfagas principales y sus réplicas no mostraban correlación.
Totani señaló: «Esto apunta a la existencia de una corteza sólida en las estrellas de neutrones. Los terremotos estelares que ocurren en estas cortezas liberan cantidades masivas de energía, que identificamos como FRB».
Las señales de radio y la vida extraterrestre
Con la mirada puesta en el futuro, el equipo de investigación planea seguir analizando datos sobre FRB para confirmar la universalidad de las similitudes descubiertas. Totani reflexiona sobre la importancia de este estudio, «Al examinar terremotos en estrellas de neutrones, entornos extremadamente densos y diferentes a cualquier otro, podemos descubrir más sobre los terremotos y las leyes fundamentales de la física nuclear».
Se cree que si pudiésemos observar todo el cielo, podríamos presenciar hasta 10.000 FRB diariamente. Aunque la mayoría de las ráfagas detectadas parecen ser eventos únicos, alrededor de 50 fuentes de FRB emiten ráfagas de forma repetida, abriendo un nuevo capítulo en este intrigante misterio cósmico.