La casa en la que duermen Cristina, sus tres hijos y su madre se ha llenado de vida en cuestión de días.
Las paredes desangeladas, con humedades, y la cocina, con sus dos fuegos, el biberón vacío y la bolsa colgada de una puncha no tienen nada que ver con la nueva realidad en la antesala de la Navidad. La casa de La Vega (Icod de Los Vinos) presenta hoy un aspecto más cálido, con bolsas cargadas de alimentos, juguetes repartidos por el salón y hasta una mesa de Navidad preparada para celebrar la Nochebuena. La mejor noticia es que, gracias a la acción solidaria de un particular, la luz alumbra más que nunca y el motor de la nevera ya se escucha en el comedor. La casa empieza a parecerse a un hogar después de la abrumadora respuesta de particulares, empresas y colectivos sociales que no han dudado en ir al rescate de esta familia después de que DIARIO DE AVISOS publicara sus penurias cotidianas, con días sin desayunos o faltas al colegio por no disponer de calzado, tras tener conocimiento del SOS lanzado por la asociación Villa Feliz. Este fue el primer grupo de personas en acudir en auxilio de esta madre icodense de 29 años, sus hijos de 3, 10 y 11 años y la abuela de estos, obligados a sobrevivir con los 120 euros que pasa cada mes el padre de la hija menor para su manutención.
A la espera de conocer la respuesta del Ayuntamiento -representantes municipales han visitado la casa y el alcalde, Francis González, se reunirá en los próximos días con miembros de la asociación-, las muestras de solidaridad no cesan. Un joven electricista se presentó ayer a título personal en la vivienda y arregló el problema de la luz. La nevera ya funciona y hoy pondrá en marcha la lavadora. “El chico, muy cariñoso, se ha desvivido por la familia”, explicaron fuentes de Villa Feliz. Acto seguido, un fontanero apareció por la casa y puso en marcha el termo. “No veas la fiesta que montaron los niños, se pusieron a dar saltos de alegría cuando se enteraron de que ya se podían bañar con agua caliente. Están locos de contentos”, describieron.
Dos colaboradoras de la asociación, las hermanas Cristina y Rosana Espinosa llevaron ayer hasta la vivienda una mesa, varias sillas, un árbol de Navidad y diferentes lotes de productos. Montaron la mesa y la decoraron con objetos navideños para que la familia pueda celebrar la Nochebuena. Ellas mismas se encargarán del menú y hoy llevarán un conejo que acabará el próximo martes en uno de los calderos que reposan sobre el larguero colocado como encimera.
Por primera vez se respira ambiente de fiesta en la casa. Un árbol de Navidad, que la madre de los pequeños no adornó hasta que estos llegaron del colegio, y un pequeño portal de belén se han convertido en las grandes atracciones de un salón que hace una semana, cuando DIARIO DE AVISOS visitó la casa, parecía un funeral. “Hemos detectado un cambio impresionante. La abuela tiene una sonrisa de oreja a oreja, su hija está más fuerte y los niños dan brincos de alegría”, comentó a este periódico Cristina Espinosa, que ayer ejerció de mama noel y repartió cajas de surtidos navideños a seis familias más de este núcleo icodense con serias dificultades para llegar a final de mes, además de de unos “detallitos” para los niños.
En una de las viviendas, habitada por un matrimonio y un menor de 8 años, Cristina se topó con una realidad muy parecida a la de la familia con la que se ha volcado estos días Villa Feliz. Ahí dejó un cargamento extra de alimentos. Sus ojos volvieron a ver el drama a escasos centímetros de distancia.
Es un artículo de DIARIO DE AVISOS.