Un inmigrante ha muerto este domingo tras saltar la valla de Melilla, un intento en el que han participado unos trescientos subsaharianos, de los cuales alrededor de 200 han conseguido acceder a la ciudad autónoma.
Este salto masivo se ha saldado asimismo con 25 heridos —19 subsaharianos y seis guardias civiles—, según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno en la ciudad. Todos ellos sufren lesiones leves, como heridas y cortes y, en el caso de los inmigrantes, también se ha registrado «alguna que otra fractura», ha explicado la delegada del Gobierno en rueda de prensa, Sabrina Moh. Los agentes no han requerido asistencia sanitaria, mientras que los inmigrantes heridos han sido atendidos en el servicio de Urgencias del Hospital Comarcal de Melilla, donde algunos ya han sido dados de alta y otros permanecen en el centro hospitalario a la espera de recibir asistencia médica.
Sobre el inmigrante fallecido, Moh ha precisado que se trata de un varón subsahariano al que se le hará la autopsia, aunque «todo indica que ha sido una parada cardiorrespiratoria».
Por el momento, la Delegación del Gobierno desconoce su procedencia y su edad, y únicamente ha señalado que fue localizado por la Guardia Civil «inmóvil en el suelo» en una inspección ocular de la zona tras producirse el salto, por lo que los servicios sanitarios intentaron reanimarlo durante unos 40 minutos sin éxito.
Los hechos ocurrieron sobre las 9.00 horas en la zona de los Pinos de Rostrogordo con la participación de 300 inmigrantes, de los cuales 200 han conseguido acceder a la ciudad. Posteriormente, «se ha activado el protocolo habitual y se han montado dos dispositivos de la Policía», uno de ellos en la Jefatura Superior de Policía y otro en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) «para proceder a la filiación de estas personas», a las que se han tomado las huellas dactilares y se les ha preguntado su lugar de procedencia.
El objetivo «sobre todo» era detectar si en el grupo había algún menor de edad o no, ha apuntado Moh, que ha señalado que hasta ahora no se ha localizado a ningún inmigrante con menos de 18 años. Tras el salto masivo de este domingo, la Guardia Civil ha llevado a cabo un «refuerzo amplio» de su despliegue en el perímetro fronterizo.
Los subsaharianos que han logrado entrar a Melilla se han dirigido en grupo hacia el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) con cánticos de alegría y gritos de «boza, boza», que significa victoria, y han sido recibidos en el centro migratorio por sus compañeros de la misma manera. Tras su llegada, el CETI ha elevado su ocupación a unas 1.400 personas, aproximadamente, una cifra que está por encima de su capacidad máxima, que ronda el millar de plazas.