En el mundo empresarial, es común encontrarse con el término «sociedades inactivas«, el cual resulta desconocido para el público en general y puede generar dudas.
Estas entidades legales, aunque puedan parecer simples o sin relevancia, representan una realidad importante en el ámbito de los negocios en nuestro país, y de hecho, en los últimos años ha aumentado significativamente el número de sociedades inactivas.
Conscientes de las dudas existentes al respecto, a continuación, vamos a explicar qué son y qué obligaciones tienen las sociedades inactivas, así como algunas consideraciones importantes para quienes tienen una empresa inactiva.
¿Qué es una sociedad inactiva?
Tal y como su propio nombre indica, una sociedad inactiva es aquella que ha interrumpido su actividad económica sin llegar a disolverse, o lo que es lo mismo, que ha dejado de realizar operaciones comerciales o de negocios, pero aún no ha sido liquidada formalmente. Esto significa que la empresa ha cesado sus actividades económicas y comerciales, pero todavía existe como una entidad legal registrada.
Estos son algunos de los principales motivos por los que dejar una sociedad inactiva:
- Evitar los trámites legales y ahorrar los gastos que supondría liquidar y disolver la sociedad.
- Tener la previsión de reemprender la actividad social en un futuro, evitando de esta forma los costes propios de volver a constituir una sociedad idéntica.
Esta es una situación mucho más habitual en el mundo empresarial de lo que puede parecer, y lejos de lo que podemos pensar, a pesar de haber interrumpido su actividad, las sociedades inactivas deben cumplir con una serie de obligaciones fiscales que no pueden pasar por alto.
Principales características de las sociedades inactivas
Ausencia de actividad comercial
La característica principal de una sociedad inactiva es la falta de actividad comercial. Esto puede deberse a diversos factores, como la falta de demanda de sus productos o servicios, cambios en el mercado, o decisiones estratégicas internas.
Mantenimiento de la personalidad jurídica
Aunque una sociedad esté inactiva, conserva su personalidad jurídica y sigue siendo una entidad legal totalmente válida. Esto significa que todavía está sujeta a ciertas obligaciones legales y fiscales.
Obligaciones fiscales y administrativas
A pesar de no tener actividad comercial, las sociedades inactivas aún deben cumplir con ciertas obligaciones fiscales y administrativas, como presentar declaraciones fiscales, informes anuales y mantener actualizados sus registros en el registro mercantil correspondiente.
¿Qué obligaciones fiscales deben cumplir las sociedades inactivas?
Declaración de Impuesto sobre Sociedades
En muchas jurisdicciones, las sociedades inactivas están obligadas a presentar una declaración anual de impuesto sobre sociedades, incluso si no han tenido ingresos durante el período fiscal. Esta declaración generalmente incluye información sobre la situación financiera de la empresa, aunque sea inactiva.
Declaraciones informativas
Además de la declaración de impuesto sobre sociedades, algunas jurisdicciones pueden requerir que las sociedades inactivas presenten ciertas declaraciones informativas adicionales, como informes financieros o detalles sobre la estructura de la empresa.
IVA y otros impuestos indirectos
Aunque una sociedad esté inactiva, aún puede estar sujeta a ciertos impuestos indirectos, como el impuesto sobre el valor añadido (IVA) u otros impuestos sobre las transacciones comerciales. Es posible que deban presentar declaraciones periódicas de IVA, incluso si no se han realizado operaciones comerciales.
Obligaciones de retención y pagos a cuenta
Dependiendo de la legislación fiscal local, las sociedades inactivas pueden estar sujetas a obligaciones de retención en la fuente o pagos a cuenta de impuestos, incluso si no han tenido ingresos durante el período fiscal.
Registro y mantenimiento de documentación
Las sociedades inactivas suelen estar obligadas a mantener registros contables y financieros adecuados, así como documentación relevante relacionada con su estructura corporativa y legal. Esto puede incluir actas de reuniones de accionistas, estatutos sociales, libros contables y registros de transacciones financieras.
Es importante tener en cuenta que las obligaciones fiscales pueden variar según la jurisdicción y la situación específica de la sociedad inactiva. Por lo tanto, es recomendable consultar a un asesor fiscal o contable profesional para obtener orientación personalizada sobre las obligaciones fiscales específicas que pueden aplicarse a una sociedad inactiva en una ubicación determinada.