Hoy los palmeros ya cuentan siete días de angustia tras la erupción, el pasado domingo, de un volcán en la zona de Cumbre vieja, un fenómeno de la naturaleza que no ha provocado víctimas personales, pero que ha sido especialmente agresivo, destructivo y que ha dejado a su paso grandes daños materiales a los vecinos del Valle de Aridane.
La evacuación de las personas ha sido la prioridad de las administraciones y se ha cumplido el objetivo de que no hubiera pérdida de personas. Asimismo, ha sido muy importante la tarea de poner a salvo los animales domésticos y de granja.
La noche del sábado fue especialmente explosiva después de que en las últimas horas se produjeran dos roturas del cono del volcán y aparecieran o se reactivaran tres fuentes de emisión de lava, algunas de las cuales se han ido uniendo.
La lava que emite el volcán ralentizó ayer por la tarde su velocidad. Aunque los nuevos derrumbes de la parte superior del cono volcánico provocaron en un primer momento un aumento de la velocidad, alcanzando velocidades entre los 250 y los 300 metros a la hora, a las pocas horas la colada ha ido reduciendo velocidad, hecho por el que los científicos evitan definirse sobre si la lava alcanzará finalmente el mar.
La directora Instituto de Geografía Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, que a los nuevos puntos de emisión hay que agregar el que persiste sobre el cono volcánico. Se mantienen dos coladas de lava activas, aunque la más antigua está casi detenida.
Según el Comité Científico, la erupción fisural continúa mostrando mecanismo estromboliano, concentrando su actividad actualmente en el cono volcánico. El proceso eruptivo a lo largo del tiempo ha mostrado, y puede mostrar, episodios de incremento de la actividad explosiva.
El último informe del sistema satelital europeo Copérnicus señala que las dos coladas que discurren actualmente han arrasado con 212 hectáreas y han destruido 461 edificaciones en los municipios de El Paso y Los Llanos de Aridane.
La lava cubre 21,4 hectáreas más que en el última actualización de la tarde de este viernes, mientras que las edificaciones arrasadas a su paso también han crecido en 41 inmuebles. Además se señala que esta erupción ha destruido 16,4 kilómetros de carreteras.
Este fenómeno volcánico mantiene a 6.200 personas fuera de sus casas, porque las mismas se encuentran en la zona de paso de la colada de lava o porque están en la zona de exclusión -fijada a 2,5 kilómetros del volcán- para evitar los daños personales por la intensa emisión de cenizas o la llegada de material piroclástico a gran velocidad que podría provocar daños a las personas. La mayoría de los evacuados se alojan en viviendas de familiares y amigos aunque algunos de ellos han sido desplazados al hotel de Fuencaliente o a centros socio sanitarios en el caso de personas con movilidad reducida.
Además del proceso explosivo del volcán preocupa la gran emisión de cenizas que ya ha provocado el cierre del espacio aéreo de la isla y la caída del techo de la instalación de lucha canaria del municipio de El Paso.
La suspensión de todos los vuelos con llegada y salida de la isla ha provocado una saturación en la demanda de billetes de barco que están saliendo de La Palma con el cartel de lleno en todos sus viajes a pesar de que las navieras que operan en Canarias han aumentado la frecuencia de viajes con esta isla.
Se recomienda a la población que proteja sus pulmones con mascarillas FFP2 y los ojos con gafas protectoras. Además instan a los vecinos que están en sus viviendas a que retiren estas cenizas de las azoteas para evitar que puedan colapsar las construcciones por el peso de estos materiales. Las casas que han sido desalojadas contarán con la colaboración de los efectivos de emergencia para la retirada de esas cenizas.
En la tarde de ayer sábado el Cabildo de La Palma coordinó las tareas de reparto de los 40.000 kilos solidarios de comida para los animales de los ganaderos de la zona afectada.