Unos farolillos voladores con deseos de año nuevo son los culpables más probables del incendio en un zoológico en la ciudad alemana de Krefeld (oeste) que acabó con la vida de una treintena de animales del recinto de los monos, entre ellos cinco orangutanes, dos gorilas y un chimpancé, informó este miércoles la policía.
En una rueda de prensa, el jefe de la policía de investigación criminal de Krefeld, Gerd Hoppmann, indicó que se ha abierto una investigación por incendio provocado por acción negligente después de que en la zona próxima al fuego se hallaran tres farolillos voladores de 34 centímetros de diámetro con mensajes en su interior escritos a mano con deseos para el nuevo año.
Agregó que testigos dijeron haber visto en el aire a una altura muy baja este tipo de artículos cilíndricos -hechos de papel de seda, con una vela o una pasta combustible en su interior que al producir calor hacen que se eleve el farolillo- poco antes de que se declarara el incendio en el tejado del recinto de los monos.
Recordó que desde 2009 está prohibido hacer volar estos farolillos tanto en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, donde ocurrió la tragedia, como en toda Alemania, a excepción de Mecklemburgo-Antepomerania.
Al mismo tiempo, llamó tanto a posibles testigos como a las personas que hicieron volar estos farolillos a reportarse, “porque eso sólo puede mejorar su situación”, afirmó.
El director de zoo de Krefeld, Wolfgang Dressen, por su parte, precisó que en el incendio murieron cinco ejemplares de orangután de Borneo, un chimpancé del oeste africano y dos gorilas occidentales de planicie, además de ejemplares de primates más pequeños, otros mamíferos y pájaros.
Calificó de “casi un milagro” que dos chimpancés sobrevivieran con quemaduras leves al “monstruoso incendio”, que gracias a los esfuerzos de los bomberos no se propagó a los colindantes jardín de los gorilas y recinto para canguros.
Se refirió en particular a la muerte del gorila Massa, de 45 años, el más viejo en Europa, al que contó haber visto envejecer y del que dijo era un “hombre senil”, pero digno.
En ese sentido aludió al enorme esfuerzo que supondrá procesar la tragedia, sobre todo para los cuidadores, a los que unía un “vínculo emocional” con los animales.
Recordó que las tres familias de simios son especies amenazadas y subrayó la intención del zoo -pionero en toda Europa, dijo, con su recinto tropical para monos, inaugurado en 1975-, de seguir centrando su esfuerzos en contribuir a la protección de estos animales.
Por otra parte, el portavoz de los bomberos de Krefeld, Kai Günther, indicó que nada más llegar los efectivos al lugar del incendio, estaba claro que “ya no había nada que salvar”, por lo que encontrar con vida a dos chimpancés fue una sorpresa.
Señaló, además, que el recinto no contaba con detectores de incendios, que tampoco estaban previstos, ya que técnicamente habrían disparado con frecuencia falsas alarmas ante la gran acumulación de polvo en el lugar.
En ese sentido, Dressen precisó que el fuego se propagó con tanta rapidez, que incluso de haber dispuesto de detectores de incendios, los bomberos no habrían podido acudir mucho antes a sofocar las llamas.
De cara a la reconstrucción del recinto, el director del zoo se pronunció a favor de la instalación de detectores de incendios, que en una construcción más moderna espera que no supongan una dificultad técnica.
Por otra parte, dijo no poder cifrar los daños materiales, pero se mostró convencido de que reconstruir el recinto, que contaba con una superficie de 2.000 metros cuadrados, ya no costará sólo los dos millones de marcos alemanes (un millón de euros) de 1975, sino unas decenas de millones de euros.