El grupo sanguíneo, al igual que el color de los ojos, es una característica genética que se transmite de padres a hijos. Los grupos sanguíneos se determinan por la presencia o ausencia de ciertos antígenos en los glóbulos rojos, los cuales pueden desencadenar una respuesta inmunitaria si son considerados extraños por el organismo.
El sistema más conocido para clasificar los grupos sanguíneos es el sistema ABO. Este sistema divide los tipos de sangre en función de los distintos antígenos presentes en los glóbulos rojos y los anticuerpos en el plasma. Estos factores determinan la compatibilidad para transfusiones de sangre seguras.
El grupo A se caracteriza por la presencia de antígeno A en la superficie de los glóbulos rojos y la presencia de anticuerpo anti-B en el plasma. En el caso del grupo B, los glóbulos rojos tienen el antígeno B y el plasma contiene anticuerpo anti-A. Por otro lado, el grupo AB posee tanto el antígeno A como el antígeno B en los glóbulos rojos, pero no presenta anticuerpos anti-A ni anti-B en el plasma. Por último, el grupo 0 no presenta antígenos A ni B en los glóbulos rojos, pero el plasma contiene tanto anticuerpos anti-A como anti-B. Las personas con grupo 0 pueden recibir sangre de cualquier tipo ABO.
Diversas investigaciones han revelado ciertas asociaciones entre los grupos sanguíneos y diversas enfermedades. Por ejemplo, se ha encontrado que las personas con grupo 0 tienen un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas coronarias. Además, se ha observado que las personas con grupo AB tienen una mayor probabilidad de experimentar problemas de razonamiento y memoria que pueden llevar a la demencia.
También se ha encontrado que las personas con grupo 0 tienen una mayor esperanza de vida, posiblemente debido a un menor riesgo de enfermedades cardíacas y vasculares. Por otro lado, se ha observado que los grupos A, AB y B tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de estómago y cáncer pancreático, en comparación con el grupo 0.
El grupo sanguíneo también puede tener implicaciones en la resistencia a enfermedades como la malaria, donde las personas con grupo 0 tienen una menor probabilidad de que el parásito de la malaria se adhiera a las células sanguíneas. Asimismo, se ha observado una mayor incidencia de úlceras pépticas en personas con grupo 0, y la diabetes tipo 2 parece ser más común en personas con los grupos A y B, aunque se necesita más investigación para comprender las razones detrás de estas asociaciones.
En cuanto a la fertilidad, se ha encontrado en un estudio que las mujeres con un bajo número de óvulos sanos tenían más probabilidades de tener sangre del tipo 0. Además, las personas con grupo AB tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular debido a su propensión a la coagulación.