El Ministerio del Interior no logra expulsar ni al 10% de los foráneos a los que se les obliga a ingresar en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Canarias. Así consta en el Informe Anual 2015 del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y que lleva el sello institucional del Defensor del Pueblo. Aunque era conocida la incapacidad del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en la provincia de Las Palmas para lograr las expulsiones que justifican estos ingresos, el ínfimo porcentaje logrado el año pasado ha sorprendido a los especialistas, ya que apenas se repatrió a 51 de los 843 extranjeros a los que se privó de libertad durante cerca de dos meses (el plazo máximo actual es de 60 días). Las cifras del año pasado son especialmente llamativas, dado que si en ejercicios anteriores el porcentaje de expulsiones no llegaba al 20%, el de 2015 respecto al centro de Barranco Seco (Gran Canaria) es de un lamentable 2,80% o, lo que es lo mismo, de 894 personas a las que se privó de libertad sin ni siquiera indicios de haber cometido delito alguno, solo 25 fueron devueltos a su país. Ni hay que decir que fue el CIE con peor porcentaje de toda España. El hecho de que el centro de Hoya Fría sea, por el contrario, el de mayor promedio de expulsión (88,89%) no compensa las cifras de las Islas, pues apenas pasaron 72 foráneos por el CIE tinerfeño, de los que hasta 64 retornaron a sus puntos de origen. Cabe recordar que el motivo para que no se produzca la expulsión (única causa que justifica la estancia en los CIE) es que no se pueda devolver al afectado al país de procedencia.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas