No pasa nada

Oculto bajo una dinámica de aceleración permanente hay un paradójico estancamiento de la historia. Daniel Innerarity -excelente cabeza, de muy saludable lectura- lo radiografía con nitidez

Oculto bajo una dinámica de aceleración permanente hay un paradójico estancamiento de la historia. Daniel Innerarity -excelente cabeza, de muy saludable lectura- lo radiografía con nitidez. A juicio de este profesor de Filosofía, pisamos una realidad en la que nada permanece pero tampoco cambia nada esencial. Pasan demasiadas cosas y, a la vez, estamos llenos de repeticiones, rituales y rutinas -explica Innerarity-; inmejorable manera de explicar lo que pasa (lo que no pasa) en la política de las Islas. Con el Gobierno de España cerrado por defunción, y los Presupuestos Generales del Estado precintados, la legislatura autonómica también está detenida en el arcén. En la antesala de decisiones que no serán mejoras sino recortes, en las Islas el movimiento es solo aparente. Días atrás llegó una pregunta que estaba tardando. ¿Por qué no escribes sobre las cosas de la política de aquí? Nada escribo porque nada pasa. Algunos actores hacen como que sí, pero no -que el PP resucite solo para pedir el cese de la vicepresidenta confirma el vacío y la nada-. En la superficie hay banda sonora de movimiento, pero en el fondo solo quietud. El otoño traerá la hojarasca de la Ley del Suelo y la batucada que algunos protagonizan en las filas socialistas, y a esperar. Seguir esperando. Continuar sentados en el andén de una legislatura que no sale de la estación. Contó Galeano que una vez le preguntaron por qué escribir y no cantar. En los libros las palabras están quietas y en las canciones vuelan, le dijeron. En España, y sin duda en Canarias, la actualidad vuela pero las cosas de la política están quietas. Solo repeticiones, rituales y rutinas. Bajo una apariencia de movimiento se esconde un estancamiento. Nada escribo porque nada pasa.

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