Fidel Castro: “Para nosotros los únicos isleños en el mundo son los canarios”

El líder de la Revolución escribió el prólogo del libro ‘Cuba en Canarias; Casanova, el amigo isleño de Fidel Castro’, que reproducimos, donde destaca el “sentido del honor” de los emigrantes insulares
Manuscrito con la firma de Fidel Castro dirigido a su amigo Francisco González Casanova en 1986. DA
Manuscrito con la firma de Fidel Castro dirigido a su amigo Francisco González Casanova en 1986. DA
Manuscrito con la firma de Fidel Castro dirigido a su amigo Francisco González Casanova en 1986. DA

FIDEL Castro

Querido Paco:

No tengo idea de si estas líneas llegarán a tiempo para el libro, o si quedarán en tu archivo. El trabajo de estos meses tan tensos me impidió responder antes, como habría querido, a tu solicitud. Ahora, al fin, he podido ver el libro, que me parece un homenaje muy justo a ti, a tu vida, a todo lo que has hecho y haces por la amistad entre Canarias y Cuba; y también, desde luego, una síntesis lograda de los estrechos vínculos históricos que unen a nuestros pueblos.

A todos nos ocurre, por lo visto, que al llegar a cierto momento sentimos la necesidad de mirar atrás y poner al día nuestras cuentas: qué hemos logrado, qué nos falta. Cuando ese instante llega, vemos que de todo lo que más satisfacción nos proporciona es aquello a lo que nos hemos dedicado con verdadera generosidad y desinterés.

Tu caso -apoyo indeclinable a la Revolución desde los días del Moncada hasta hoy- es un ejemplo singular. Podría decir incluso que es una muestra de tenacidad y firmeza de criterio muy “isleña”. Pero es, sobre todo, una expresión de sentimientos y tradiciones que se fueron labrando a lo largo de siglos, y están hondamente arraigados en la memoria histórica de nuestros pueblos.
No sé si alguna vez te habrás preguntado el porqué los cubanos, siendo como somos isleños, jamás nos hemos dado ese título (…). La respuesta es que para nosotros los únicos “isleños” en el mundo son los canarios.

Cuando Cuba era colonia de España, y Canarias estaba considerada parte de la metrópoli, nunca se les ocurrió a los cubanos incluir a los canarios entre sus dominadores. El canario fue por excelencia el más humilde de los inmigrantes. Él no marchó a Cuba en plan de opresor o de explotador. Vino a trabajar y a luchar a nuestro lado, ayudó a forjar el país con su laboriosidad proverbial, sufrió con nosotros, combatió, creó una familia, y se dignificó también al fin, junto a todo el pueblo, en la patria libre y revolucionaria de hoy. Es más, hizo un aporte muy valioso al carácter del cubano.

Como tú bien recuerdas, un día tuvimos la oportunidad de conversar sobre lo mucho que debemos los cubanos a la influencia moral isleña. De los canarios heredó nuestro campesinado, principalmente, su seriedad, su honradez, su sentido del honor, y también su rebeldía. Todavía hoy, en nuestras tareas actuales, esos valores nos ayudan a librar y a ganar batallas de importancia. Siempre he creído -y más lo creo en la actualidad- que la hermandad entre Canarias y Cuba no solo tiene un pasado grande, sino también un gran futuro. En esa misma medida, tu labor de acercamiento y de comunicación entre ambos pueblos se proyecta hacia el porvenir. Puedes seguir contando, como siempre, con todo el calor y el aliento de tus amigos cubanos.

P.D: Me olvidé mencionarte que por parte de mi madre llevo con honor un porcentaje de sangre “isleña”.

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