Buen lector, 56 años, culto, fumador de puros, economista y presidente de los empresarios de la provincia. José Carlos Francisco Díaz lleva fama de tener la cabeza en su sitio y desde hace años dirige una de las mejores consultorías de Canarias, Corporación 5. Nos vemos en el Mencey, él paga mi té con limón y hasta seca la mesa donde nos ponemos a hablar, mientras el otro Andrés hace las fotos: casi siempre publican la peor, pero no es un mal endémico de este periódico, sino de todos los periódicos del mundo; como una fatalidad. Confieso que tuvimos encontronazos, por mi culpa. Y le pido disculpas. Es un hombre serio, con cuatro libros escritos y publicados, que promete enviarme. Pero quienes los han leído dicen que son obras de visionario. Ah, es presidente de la CEOE de esta provincia desde 2010.
-Usted es un liberal.
“Ya los liberales puros no existen”.
-¿Y eso?
“Pues porque todos nos hemos impregnado de lo social y nos resignamos a que la sanidad sea pública, a que la educación también lo sea, en fin…”.
-Usted ha abogado, incluso en sus libros, por cambiar el modelo productivo de Canarias.
“No exactamente por cambiarlo, porque nuestro pilar será siempre el turismo, que supone el 30% de lo que producimos”.
-¿Perfeccionarlo, quizá?
“Vamos a ver, se lo contesto con un ejemplo: ¿por qué nuestra Ley del Juego tiene que ser mucho más restrictiva que la de Cataluña o la de Madrid? ¿Por qué en los 70 y en los 80 la gente venía a comprar a Canarias y ya no?”.
-¿Volver al viejo modelo?
“Bueno, usted está escribiendo con una “Montblanc” estupenda; pues bien, habría que conseguir que todo el mundo en Europa viniera a comprar su “Montblanc” aquí. Si los perfumes van a soportar ahora un IGIC del 3% en Canarias, todo el que venga se llevará varios perfumes, porque los venden más baratos que en cualquier otra parte de Europa”.
-Y así con todo.
“Lo que se está haciendo con el cine está muy bien. Y si ofrecemos espectáculos permanentes, si seguimos reparando plataformas petrolíferas, si abrimos nuestros puertos al tráfico internacional, todo eso significa riqueza complementaria; porque además tenemos excelentes hoteles que ofrecen un gran servicio a sus clientes y unos paisajes maravillosos y una seguridad reconocida”.
-¿Somos el reino de la envidia?
“Se lo dije una vez a un cliente extranjero y me contestó que no, que eso pasa en todas partes. Que en los Estados Unidos, cuando alguien de una calle se construye una piscina, al mes siguiente todos los chalets de la misma calle tienen otra igual”.
-¿Y?
“Pues que esa es la envidia sana. Aquí te construyes una piscina y al siguiente día el vecino de al lado no se fabrica una igual, sino que te denuncia en la Fiscalía de Medio Ambiente o en el Ayuntamiento, cabreado porque él no tiene una pileta en su casa. Esa es la envidia insana”.
-Puta envidia la de estas islas.
“Yo, este año, di una charla en la CEOE sobre la pigmelia, los “mías” y los “anti”. La pigmelia es un insecto protegido que te paraliza un puerto o una autopista, en cuanto alguien dice que vio uno de su especie. Los “mías” son los mediocres inoperantes activos y los “anti” son los del no a todo”.
-¿Y cuál es el más peligroso?
“Yo creo que los “mías” porque quieren dar a entender que están siempre en actividad, poner pegas a todo y joderlo todo también”.
-¿Hay poderes ocultos que mandan mucho en las islas?
“No lo creo que existan como organización”.
-¿Y los ecologistas?
“No son estos, los de aquí, ecologistas globales que se preocupan por el calentamiento de la Tierra o por el CO2. Son ecologistas que sólo se ocupan del urbanismo, ecologistas raros”.
-Propiciaron las horribles torres eléctricas de la autopista del sur por no cortar cuatro pinos en Vilaflor. Ellos son los culpables.
“Y tuvieron que levantarse esas torres en el peor lugar, agrediendo al paisaje de una forma terrible”
-También claman los ecologistas por las energías renovables y por la supresión de las otras.
“No hay territorio para eso. Los molinos se adueñarían del paisaje. Y si no hay sol, ni hay viento, con la tecnología actual no es posible contar con energía suficiente sin tener otra alternativa”.
-Dicen los inversores huidos que con la maraña de leyes en Canarias, se han tenido que ir. Que no quieren saber nada de las islas.
“¿Ha visto la estadística de inversión extranjera?: cero”.
-Por eso mismo.
“La vorágine legislativa es tal que el Parlamento de Canarias no debería aprobar una ley más si antes no deroga dos de las que no sirven. En la complicada normativa urbanística canaria, por ejemplo, siempre encuentras algo que no te permite sacar adelante un proyecto; parece que está todo legislado para eso, para que falte un papel”.
-Eso lo ha dicho en uno de sus libros.
“Sí, en un capítulo que titulé “La vorágine legislativa”. Siempre encuentras alguna pega que no te permite desarrollar un proyecto”.
-No hay quien lo entienda, legislar para ahuyentar la inversión, no para atraerla.
“En España se legisla el doble que en Alemania, con la mitad de población. Y en Canarias hay proyectos que tardan 11 y 12 años en salir adelante; otros no salen nunca porque el promotor o se cansó y se fue; o se murió”.
-Parece que se legisla de forma complicada para espantar al inversor.
“Las mejores normas son las más sencillas. Además, en el terreno urbanístico, más del 50% del territorio está protegido y el turismo sólo ocupa el 3,5% del espacio. Tenemos mucho margen”.
-Es imposible invertir con cinco administraciones poniendo pegas.
“Efectivamente, primero, Europa; luego, el Estado español que quiere mejorar a Europa de manera restrictiva; luego la comunidad autónoma, que pretende enmendarle la plana al Estado; a continuación el Cabildo, que quiere rizar el rizo; y finalmente, los ayuntamientos, que también pretenden poder de decisión. Por eso existen tantas normas que se contradicen y que son imposibles de cumplir”.
-¿Y no podría crearse una ventanilla única?
“Claro que sí, pero habría que llegar a un gran acuerdo”.
-Usted fue un defensor de eliminar ayuntamientos.
“Y lo soy, ¿cómo puede ser que haya alguno que no tenga ni para pagar a los policías municipales? Yo abogo por terminar con el minifundismo municipal, pero no encuentra demasiado eco político mi propuesta”.
-Los funcionarios están cagados, y perdone, con la judicialización de todo.
“Claro, si un funcionario firma un informe negativo no le pasa absolutamente nada, nadie lo penaliza, aunque sea un disparate. Pero si lo firma positivo y alguien cree que se equivoca, se la juega. Esto no puede ser. Hay que concienciarse de que el administrado es el cliente de la Administración y es también quien la mantiene. Y merece un tratamiento justo”.
-¿La culpa es de jueces y fiscales?
“O de las normas, por su falta de claridad. Desde luego, jamás han condenado a un funcionario por dar un informe negativo; y sí a algunos por lo contrario. Por eso el funcionario tiene miedo.”
-¿Es verdad que en estas islas ser rico está mal visto?
“Parece increíble, pero sí”.
-¿Y hay muchos ricos en las islas?
“Según la lista Forbes, cuatro, entre los 100 más ricos de España. Es una proporción acorde con la aportación de nuestra economía al Estado, que es de un cuatro y pico por ciento”.
-¿Qué opina de los empresarios sometidos a juicios paralelos en los medios?
“La desesperante lentitud de la justicia hace que se juzguen hoy casos que ocurrieron hace quince años o más. Los parámetros no son los mismos, ni el impacto social tampoco. A lo mejor hace 15 años no se hubiera tratado igual al edificio de Perrault por parte de la justicia, ni de los medios de comunicación. Es una sentencia que ha creado miedo. Hay delitos medioambientales que ahora se consideran crímenes y antes no eran nada”.
Ha dicho verdades como puños. No se corta. Está acostumbrado. Me ha encantado la conversación con este hombre práctico, imaginativo, que ha plasmado su idea de Canarias en cuatro libros que hay que leer. José Carlos Francisco se va, puro en ristre, a una reunión. Ha sido interesante el reencuentro.
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