Las Palmas

Once plataformas petrolíferas conté el lunes, atracadas o fondeadas en el puerto de La Luz. Un paseo por Las Canteras me reconfortó el ánimo. Y un chuletón en Casa Carmelo, en compañía de dos buenos amigos. Por la noche estaba baldado por la caminata, pero llegué y me fui de un magnífico aeropuerto. Un lujo, el de Gando. No había atascos. La circunvalación ha obrado milagros. En el avión me encontré a Alfredo Medina, director de El Corte Inglés. Está encantado en Las Palmas. Me imagino que mi amigo Vicente Carrero estará orgulloso de haber formado a una persona de tanta valía como Alfredo. Economista, observador atento de todo lo que ocurre en Canarias. Tuve una conversación de lo más agradable con Pablo Casado, director general de Endesa en Canarias. Un hombre que mira de frente. El lunes fue agotador, porque me levanté a las seis para coger el avión de las ocho; por cierto, un reactor canadiense de Air Nostrum, que iba a tope, fletado por el grupo Binter. Ahí, a bordo, releí en este periódico la entrevista con Paco González Yanes, que fundó Islas Airways, que fue rival de Binter, en su día. Ejecutivas guapas con trajes de chaqueta y prueba de la parafina para mí, por si manejaba explosivos. Siempre me toca, otra vez me tocó en el aeropuerto neoyorquino de La Guardia. Directores y directoras generales que iban a trabajar a Las Palmas y que son legión. Sesenta y pico euros en taxis. Cuando regresé a Los Rodeos, como siempre, meándome, me fue difícil encontrar un baño. Tenerife está empequeñecido por Gran Canaria y es una pena. Tenemos carreteras tercermundistas, colas tercermundistas e instalaciones aeroportuarias tercermundistas. Lo único bueno es que esta isla es infinitamente más bonita que la otra. Pero aquí vamos para atrás como los cangrejos y la economía de Gran Canaria está creciendo mucho. Por cierto, en el avión casi todos pedían DIARIO DE AVISOS. Se agotó.