Sánchez

La cuestión a plantear es quién fracasó. En un país dado a los Sálvame, se responderá Susana Díaz, Alfonso Guerra, Felipe González, Rodríguez Zapatero, la siniestra gestora, los conspicuos barones regionales

La cuestión a plantear es quién fracasó. En un país dado a los Sálvame, se responderá Susana Díaz, Alfonso Guerra, Felipe González, Rodríguez Zapatero, la siniestra gestora, los conspicuos barones regionales, el statu quo y singulares como Madina, Hernando y demás deslizados. Esa, sin embargo, no es la respuesta. Lo que fracasó, lo que los militantes del PSOE pusieron en su lugar, es una idea muerta de partido. O lo que es lo mismo, los nombrados y muchos más a enterrar. Se acabaron las proclamas luminosas de González y Zapatero, incluso que alguno de ellos se atreva a llamar mentiroso en público a un militante. Susana habrá de ir de rodillas con golpes en el pecho a la catedral y los barones dichos han de dimitir.

Lo que sustancia la vuelta de Pedro Sánchez a la dirección del PSOE es que la política es discurso, que no valen los subterfugios, las medias verdades y que el sistema lo tiene todo controlado. Si se analizan los resultados, se comprobará: menos una, las agrupaciones (con mayoría aplastante en Cataluña) decidieron; y lo tajante: el 63 % de Andalucía es un fracaso total. El candidato en cuestión fue valiente. ¿Ahí tú? Nos veremos. Y eso la militancia no solo lo aprueba; lo premia. De modo que los avales pueden estar controlados; el voto directo no. Menos votos que avales y casi 15.000 de diferencia. Con el dato proverbial: mayoría absoluta, para que no haya confusión.

Se aducirá (y así lo proclamábamos quienes conocemos el cotarro) que la ventaja es menos de lo que debió ser. Eso quiere decir que, en efecto, el aparato aprieta. Pero en un partido consecuente (y el PSOE lo es) eso no es suficiente. Porque lo que los votantes hoy se preguntan es: ¿quién habría de salvarnos, la carita de la derrota, la que accede a una fotografía conjunta infame? El PSOE es generoso y la perdedora no lo fue.

Discurso, dije, y es verdad. Lo manifestó en caliente Sánchez: la ilusión, el partido por la izquierda y para los progresistas (Internacional incluida), cambiar, las primarias cero y ahora partir, organización nueva y para todos…

Los barones, la gestora, el aparato… se atrincheran en su feudo. Eso no es un disparate, es infame. Los militantes lo sabían, sabían que con la oposición del PP la oposición del PSOE es una afrenta. También a quien apoyaba la derecha. Suficiente, aunque no es todo: Rajoy ha de dimitir (por lo que le toca) y las políticas a resolver no son como se resuelven. Ahí está. Eso votaron.

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