Una alumna del Nuryana gana el Concurso de Relato Hiperbreve en El Sauzal

Su relato tiene como protagonista a una caja de música, una abuela y su nieto.
Imagen de archivo. DA

La alumna del Colegio Nuryana de Tenerife, María Ruiz Navarro, ha ganado el VI Concurso de Relato Hiperbreve de El Sauzal. Su obra ‘El Ballet’, que narra una escena protagonizada por una caja de música, una abuela y su nieto, se ha impuesto a cientos de relatos que este año se han presentado al concurso en Categoría Juvenil para escritores entre 14 y 17 años de toda España.

Al certamen, cuyos participantes podían concursar bajo seudónimo con un máximo de dos obras en prosa, se han presentado 584 narraciones de toda España. Los escritos no debían superar las 25 líneas. El jurado estuvo compuesto por Yaiza Lorena Díaz Pérez (Licenciada en Historia del Arte), Natalia Hinojal Barriga (Licenciada en Filología Hispánica) y Virginia González Dorta (Licenciada en Magisterio).

El premio refleja el compromiso constante del Colegio Nuryana con la lectura y el arte, que muestra con programas de animación a la lectura en todos los niveles educativos y el fomento del interés por la creación.

En el VI Concurso de Relato Hiperbreve de El Sauzal también ha reconocido a Ricardo Marrero Gil con ‘Mi libro favorito’ en el segundo puesto. Por otra parte, en modalidad adulta, el primer y segundo premio han recaído en “Los otros y el mar de Elena Martínez Martínez y “Gigantes despistados” de Joana Morales Barea, respectivamente.

‘El Ballet’ de María Ruiz Navarro

“La luz aparece lentamente, bañando el pequeño escenario con sus reflejos dorados. La bailarina levanta el rostro, expectante. Lleva puestas una sonrisa distraída y un tutú blanco, vaporoso, que parece estar hecho de espuma de mar y no de tela. Una melodía dulce comienza a sonar. Ella gira sobre sí misma en movimientos acompasados, mecánicos, repetidos miles de veces con una exactitud cronometrada. Levanta los brazos elegantemente y se alza sobre las puntas con delicadeza, mientras que sus zapatos lanzan destellos de todos los colores. Mantiene su sonrisa impasible cuando le arrancan el brazo. Se escucha un grito ahogado, seguido por una sarta de maldiciones de una abuela indignada porque su nieto ha roto su caja de música preferida. En el suelo, ella sigue bailando”.

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