Katya Badaeva tenía 17 años de edad y fue abandonada y trasladada a un orfanato por sus padres. El motivo de esta decisión fue que la niña nació con una deformación en el rostro.
La joven dijo a su familia que estaba dispuesta a todo para volver con ellos y su madre le pidió que se operara estéticamente. Badaeva aceptó. De todo esto fue testigo un programa emitido en la televisión de Rusia.
La madre ante el fallecimiento de su hija no ha reaccionado ante los médicos sino ante Dios. “No puedo traer a mis hijos de nuevo. Se sometió a muchas pruebas antes de la cirugía, Dios probablemente le ha dado solo este tiempo”.
La Policía ha abierto una investigación según informa el Daily Mail y la clínica donde fue operada defiende que la paciente sufrió una arritmia cardíaca durante la intervención.
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