Resucitar: salir de nuestros equivocados sepulcros en vida

Estos días de Semana Santa son ideales para reflexionar -o por lo menos yo me lo tomo así- sobre aquello en lo que debo cambiar

Estos días de Semana Santa son ideales para reflexionar -o por lo menos yo me lo tomo así- sobre aquello en lo que debo cambiar. Me confieso un equivocado en mi día a día, porque el ritmo de nuestro trajín diario, que nos ha dado el siglo XXI, o nosotros nos hemos metido en él, pues ese ritmo, a mí por lo menos, no me deja parar a mirar a los lados y hacia adentro para observar aquello en lo que me equivoco. O sencillamente, algún acto de reflexión hago pero no todo el que desearía. Vamos.

Pues, estos días sí, sí he podido parar algo más y en uno de esos “stop” leía un texto transcrito de las palabras del Santo Padre Francisco, pronunciadas el domingo 6 del presente mes de marzo: “Jesús nos invita, casi nos ordena, a salir de la tumba en la cual nuestros pecados nos han hundido” expresó Francisco, inspirado en el Evangelio de la Resurrección de Lázaro. Así con su rostro bañado por la alegría que siempre le acompaña, pronunciaba en la plaza de San Pedro en el último domingo de cuaresma, ante miles de fieles.

“Sobre la Palabra del Señor nosotros creemos que la vida de quien cree en Jesús y sigue su mandamiento, después de la muerte será transformada en una vida nueva e inmortal. Como Jesús ha resucitado con el proprio cuerpo, pero no ha regresado a una vida terrena, así nosotros resurgiremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos. Él nos espera junto al Padre, y la fuerza del Espíritu Santo que lo resucitó a Él, resucitará también al que está unido a él”. Quizás para quienes no se consideran creyentes, esto no les inspire nada. Sin embargo creo que esta reflexión nos sirve a todos, seamos creyentes o no. Y si no, lean lo que les ofrezco a continuación: “Cristo no se resigna a los sepulcros que nos hemos construido con nuestras elecciones de mal y de muerte… nos llama insistentemente a salir de la oscuridad de la prisión en la que nos hemos encerrado, contentándonos con una vida falsa, egoísta, mediocre”. Sencillamente, nuestra resurrección empieza cuando decidimos obedecer a la orden de Jesús de salir a la luz, a la vida. Sin embargo, creas o no, tú estás resucitando todos los días. Tú resucitas si eres una persona que apuesta por la vida, y que siente aquello de “amaros los unos a los otros”. Porque resucitar es tan solo eso, aferrarse a la vida, a la nuestra y a la de los demás. Quizás ahora más que nunca es el momento de sentirse aferrados a la vida, porque hay muchos que se empeñan en creer que se está más cerca de Dios, matando y robando la vida a otros a golpe de atentados. Sin embargo también a esos, Dios perdónales, porque “no saben lo que hacen”. Feliz de Pascua de Resurrección. Es el día de creer, éste y todos, en un CRISTO VIVO.

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