El segundo intento de moción de censura en La Frontera en apenas un año no traspasa las líneas rojas del pacto entre Coalición Canaria y el PSOE. Ya lo dieron por imposible cuando se comprobó que era una fantasía conciliar a la presidenta del Cabildo, Belén Allende (AHI), con Alpidio Armas, que en el mandato anterior había accedió a ese mismo puesto tras aliarse con el PP. La promesa de un arreglo global resultó ser un espejismo. La dimisión en bloque de todos los cargos orgánicos de la ejecutiva insular del PSOE y de las tres asambleas locales llevó a la creación de sendas gestoras.
A raíz de ese episodio se decidió cerrar el paraguas de los acuerdos en cascada, de manera que lo que hay ahora no es una tormenta -el tormento es para la ciudadanía-, sino una lluvia fina.
En septiembre de 2015, los tres ediles del PSOE y los otros tantos de Unión Frontera retiraron la iniciativa para
desalojar a Melissa Armas, de AHI, y colocar al independiente Miguel Ángel Acosta, del grupo municipal Socialista.
Ocho meses después han vuelto a registrar la moción de censura, ya sin el fundador de UF, el exalcalde con el PP Pedro Luis Casañas, que falleció de manera repentina en diciembre. Aunque ahora sí tienen vía libre desde la cúpula socialista, la secretaría del Ayuntamiento pone pegas jurídicas. El PSOE expresa sus dudas al respecto.