17 años junto a los más pequeños

La ludoteca municipal El Yoyo cumple casi dos décadas prestando un servicio necesario para poder conciliar la vida laboral y familiar

Desde que abrió sus puertas, en junio de 1999, en la ludoteca El Yoyo, de Buenavista del Norte, han pasado muchas cosas. Por suerte, todas buenas. También a Carmen Julia Hernández Martín, quien ha estado durante todos estos años al frente del recurso y quien actualmente es una de las personas encargadas de cuidar, enseñar y divertir a los hijos de quienes fueron sus primeros usuarios.

Este servicio, necesario para que muchos padres y madres puedan conciliar la vida laboral y familiar, pretende ser algo más que “un aparcaniños”, aclara Hernández. Por eso, la estancia máxima que los pequeños pueden pasar alli dentro no supera las dos horas diarias durante el año (de 15.00 a 17.00 horas) y las cuatro en los meses de verano. Tiempo suficiente para que se diviertan y aprendan gracias a las diferentes actividades que se organizan, de acuerdo con una programación anual que abarca los meses de octubre a junio coincidiendo con el curso escolar.

En época estival, El Yoyo amplía su oferta a través de su programa de verano con un éxito considerable, dado que las 30 plazas disponibles se agotaron en los primeros días de inscripción.

Con el juego como instrumento para promover y desarrollar el aspecto intelectual, emocional, físico, afectivo, social y creativo de los menores, las monitoras se encargan de ayudarlos en sus tareas escolares, realizar actividades deportivas y de psicomotricidad, hasta ocuparse del pequeño huerto que tienen, en el que han cultivado desde habichuelas, tomates y calabazas, hasta coles, acelgas, y beterrada. Y una alegría de este año para los niños fue que la pequeña platanera dio frutos por primera vez.

Edades diversas
Carmen trabaja actualmente junto a otra compañera, Carmen Hernández Martín. Dos personas resultan insuficiente porque “siempre quieren hacer más”, confiesa. De hecho, este año comenzaron a impartir yoga. Además, hay que tener en cuenta que se ocupan de edades muy diversas, que van desde tres años hasta las doce. Por esta misma razón, y aunque quieran, para poder trabajar “con fundamento” no pueden admitir a más de 30 usuarios.

El recurso, que funciona en las instalaciones del colegio de Triana, próximo al casco del municipio, fue ampliado en 2009. Ese mismo año se trasladó a un aula mayor y el antiguo gimnasio se transformó en un aula de psicomotricidad, que actualmente se comparte con los monitores de actividades deportivas. También se renovó el diseño y se adquirió nuevo equipamiento para que los pequeños dispongan hasta hoy de un lugar atractivo en el que disfrutan de su tiempo libre.

[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]Fue uno de las primeras de la Isla que todavía funciona
El servicio comenzó su puesta en marcha en junio de 1999, en unas dependencias cedidas en aquel entonces por el CEIP de Triana, convirtiendo el antiguo gimnasio en una instalación que, a través de un proceso de reformas y adecuaciones, tuvo como resultado final la puesta en ejecución de este recurso infantil. La ludoteca El Yoyo, adscrita al programa LudoRed del Cabildo de Tenerife, ha sido una de las primeras de la Isla y lo más importante, que todavía sigue en pie n[/su_note]

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