Los Presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2017 se debaten en el Parlamento a toda carrera y en tres días desfilarán en comisión todos los consejeros del Gobierno regional para explicar las previsiones de cada área. Ayer hubo turno de mañana y tarde y el debate más animado, con rifirrafe final, lo entablaron los portavoces de PP, Podemos y NC con la consejera de Hacienda, Rosa Dávila.
La mayor tensión ocurrió acabada la comisión, en la que la portavoz de Podemos, Noemí Santana, llamó “trilera política” a la consejera (de CC), y esta le pidió que “no vuelva a faltar el respeto a los diputados”, por lo que se cruzaron palabras y gestos de desaprobación en los pasillos.
Dávila se afanó en defender que el presupuesto crece el 0,95%, al pasar de 7.231 millones este año a 7.300 el próximo, y de que gracias a un ahorro de más de 184 millones en pago de deuda se podrán destinar 250 millones más a sanidad, educación y políticas sociales, así como una inversión que, con los 160 millones del antiguo impuesto IGTE para el Fondo de Desarrollo y Cohesión de Canarias (Fdcan), aumentará el 31% (totalizando 205 millones).
Datos que no convencieron a la oposición, según la cual el incremento real del presupuesto es de solo 38 millones, pues cree que debió computarse el crédito extra de 107 millones del pasado año. Los tres grupos también se quejaron del poco tiempo para debatir el proyecto de ley, y achacaron el retraso a la crisis del pacto entre CC y PSOE, en cuyo acuerdo de paz figura la condición de más dinero para sanidad y políticas sociales, en manos socialistas.
El portavoz de Nueva Canarias (NC), Román Rodríguez, quien anunció una enmienda a la totalidad, criticó a la consejera su “sarta de inexactitudes, incoherencias y falsedades”, y denunció “una trama terrible y engañosa” con los datos con los que “engañan” a la sociedad.
Ve Rodríguez un “retroceso de la economía canaria” e ironizó con que el Gobierno “diga que la Ley del Suelo y el Fdcan revolucionarán la economía, pero luego el proyecto de ley no refleja la previsión de crecimiento, pues solo pone que se crearán 26.000 empleos el próximo año, pero a la opinión pública le dicen que 50.000”.
Para la portavoz de Podemos, que también anunció una enmienda a la totalidad, son cuentas “maquilladas, ineficaces e improvisadas, y no son sociales porque recortan en fomento de empleo”. Afeó Santana al Gobierno que congele el salario de los empleados públicos, pero aumente el 6,3% el gasto en los miembros del Ejecutivo y sus altos cargos (partida que ya se creció el 12,54% este año), además del 21,4% en cargos de confianza. “Gobiernan para una minoría de privilegiados y pretenden que salgamos de la crisis con fórmulas ya fracasadas”, apostilló.
Una idea, la del “fracaso” de las políticas de CC-PSOE, en la que también coincidió el PP, por boca de su diputado Jorge Rodríguez, quien igualmente denunció “manipulación del presupuesto” con “prácticas propagandísticas sobre unas cuentas “continuistas” que “inciden en los errores de siempre”, con “voracidad fiscal”, pese a la bajada del IGIC cultural. La diputada gomera Melody Mendoza, de ASG, consideró insuficientes el aumento de fondos para sanidad, atención a la discapacidad, infraestructuras educativas o I+D+i, y, aunque no presentará enmiendas a la totalidad, sí lo hará al articulado.
Dávila, tras la andanada, no dudó en contratacar, dirigiéndose a los tres grupos más críticos: “Es un magnífico presupuesto y son ustedes los que manipulan los datos”. Al PP le reprochó una vez más que pida bajada de impuestos en Canarias, pero “con Rajoy los haya subido 40 veces” en cinco años, y no mejore la financiación estatal de la comunidad autónoma.
Iñaki Lavandera (PSOE) dijo que “lo continuista no son los presupuestos, sino el discurso de la oposición”, y recordó que “solo a la PCI se destinarán en 2017 casi lo mismo que en tres años”. “Responden a un proyecto político compartido que prioriza el gasto social, y no verlo es estar ciego”, remachó. Desde CC-PNC, José Miguel Ruano usó un innovador juego de palabras: “Habría que ver qué hubieran hecho los populares, o los populistas, para hacer presupuestos en una época así”.
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