El buen enemigo

Según Pardo, catedrático de Filosofía, la fórmula creciente tiene tres componentes: si quieres hacer política alíñate un buen enemigo, haz muchos amigos y no dejes que la verdad te estropee la hegemonía

En su recomendable Estudios del malestar, políticas de la autenticidad en las sociedades contemporáneas, José Luis Pardo se apoya en el análisis que Laclau hace de los movimientos emergentes, interpretándolos como la constitución ontológica de lo político en cuanto tal, de la política tal y como ha de entenderse en estos tiempos de malestar. Según Pardo, catedrático de Filosofía, la fórmula creciente tiene tres componentes: si quieres hacer política alíñate un buen enemigo, haz muchos amigos y no dejes que la verdad te estropee la hegemonía. Siendo inevitable que los principales protagonistas de la ruptura del Gobierno salgan algo desgastados, ateniéndonos al esquema táctico que propone José Luis Pardo pierde más quien aparentemente gana (quedándose con todas las consejerías para inundarlas de afines a las puertas de un congreso) que quien formalmente pierde (yéndose a la oposición). Había que poner la tapa al ataúd, claro que sí, porque Canarias no puede permitirse un Gobierno roto. Cosa diferente es la factura que pagarán los partidos. Con una eternidad de legislatura por delante Clavijo tiene a Coalición desprotegida, peligrosamente expuesta, vulnerable como nunca antes, colgando de un hilo, amenazada por el imparable noviazgo de PP y PSOE (poco valdrán en cualquier momento las garantías que le hayan dado los populares) y con los socialistas ahora incorporados a la causa común de los a por Coalición. Volviendo a José Luis Pardo, Clavijo ha regalado a Patricia Hernández el buen enemigo que hace falta para crecer políticamente en estos tiempos del malestar. Si Hernández gestiona con audacia los siguientes pasos -si los lidera- acabará ganando el pulso quien institucionalmente lo perdió y perdiendo el que aparentemente lo ganó.

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