Fernando Clavijo se ha apoderado de La Cosa. Observado por una audiencia del 2,8% para “su” programa frente a un 4,7% de media de la cadena, de los peores resultados en la historia de la autonómica Cosa. Ha creado un grupo de periodistas del régimen que le hacen entrevistas de salón. El programa El Foco se me pareció más a un Aló, presidente que a un espacio de la televisión del mundo libre. Cada uno de estos “focos” de enaltecimiento de Coalición Canaria me dicen que cuesta unos 38.000 euros. ¿Intervendrá la Fiscalía, intervendrá su señoría, intervendrá alguien sensato? Aquí se ensalza, se premia y se paga a los robaperas de salón, que le bailan el agua al presidente y a quien les manden de parte de él. La Cosa está fatal, ya nadie la sintoniza; yo mismo la he borrado de mi tele. Si tengo que ver algo por curiosidad, como El Foco, voy a casa de un amigo, por si acaso me dé un infarto estando solo. La Televisión Canaria es tan desafortunada que hubo un responsable que la dirigía desde Cuba, donde residía habitualmente.
Yo le diría a la Fiscalía que enfoque en el concurso mediante el cual se ha llevado a antena El Foco. Miren ese proceso con lupa. Se van a topar con alguna sorpresa. Llamen a Negrín y pregúntele por orden de quién ha montado este tinglado para premiar a la gente del régimen, a través de una productora del régimen para la que el mismo trabajó ocho años y en la que se encuentra en excedencia. La empresa que produce El Foco la preside Enrique Hernandis en representación de Isla Bella, donde ahora cuenta con un nuevo e inesperado socio que lo trae por el camino de la amargura; también es propiedad de Editorial Prensa Ibérica y de Prisa, grupo este ultimo para el que trabajo muchos años el tal Negrín antes de ser nombrado presidente de La Cosa. Ay, Dios.