La vacuna del ébola a un paso

El virus apareció en el año 1976 en una zona donde hacen frontera Sudán y la República Democrática del Congo
vacuna contra el ébola
vacuna contra el ébola
La vacuna contra el ébola se ha probado con bastante eficacia / DA

El ébola es un virus muy peligroso. Aproximadamente entre uno y dos contagiados fallece. El virus existe en activo desde los años 70 pero fue hace ya más de tres años cuando el planeta entero se estremecía porque dejó de ser un problema africano para convertirse en una enfermedad global.

El virus apareció en el año 1976 en una zona donde hacen frontera Sudán y la República Democrática del Congo. Se trataba de una zoonosis, es decir una enfermedad que se traspasa de animales al hombre. En este caso, el origen se estableció en unos murciélagos de la fruta que infectaron a los monos de la zona y de ahí, a las poblaciones cercanas. En esa época fallecieron unas 600 personas. Debido al desconocimiento del mismo, la mayor parte del contagio tuvo lugar en los propios hospitales por compartir agujas y material sanitario con los afectados.

La crisis sanitaria más mediática precipitó que la industria farmacéutica diera un impulso a la investigación en este sentido

Entre 1976 y 1996 se produjeron algunos casos aislados fuera de África, especialmente en Estados Unidos, de sanitarios o viajeros. Sin embargo, en esas dos décadas no se produjeron fallecimientos fuera del continente africano. En 1996 se produjo una infección con resultado de muerte en un laboratorio ruso por un accidente en la manipulación del virus.

Entre 2014 y 2016 tuvo lugar el mayor brote de la historia de este virus en varios países de África Occidental. De casi 38.000 infecciones se produjo la muerte de 11.000 personas. Aunque de las enfermedades olvidadas no es la más grave, se convirtió en un virus extremadamente mediático tras traspasar las fronteras africanas y llegar a Estados Unidos y a Europa.

Entre 2014 y 2016 se produjo el mayor brote de la historia de este virus en varios países de África con más de 11.000 fallecidos

En ese momento, no había cura. La única solución era la prevención de nuevos contagios y el aislamiento de los enfermos hasta que el período de contagio hubiera pasado. Lo positivo de que la enfermedad traspasara África y que los medios le prestaran tanta atención fue, precisamente, que eso impulsó la investigación para buscar un remedio.

La semana pasada la revista médica The Lancet publicaba los resultados muy positivos de una de las vacunas que se están probando contra el ébola. Un ensayo clínico realizado en Guinea ha confirmado unos resultados de protección cercanos al 100%.

Según explica el portal de noticias científicas SINC, “el fármaco, llamado rVSV-ZEBOV, se evaluó en un ensayo sobre 11.841 personas en Guinea durante el año 2015. Entre los 5.837 participantes que recibieron la vacuna no se registraron casos de ébola diez días o más después de la vacunación. Sin embargo, en ese periodo hubo 23 casos entre los que no la recibieron”.

El ensayo fue dirigido por la Organización Mundial de la Salud, junto con el Ministerio de Salud de Guinea, Médicos Sin Fronteras y el Instituto Noruego de Salud Pública, en colaboración con otros socios internacionales.

Este año, la empresa fabricante de la vacuna, Merck, recibió los permisos necesarios para llevar a cabo una revisión más rápida del fármaco por parte de las agencias reguladoras de medicamentos de EE UU (la FDA) y de Europa (la EMA).

Los expertos en enfermedades olvidadas han aplaudido esta noticia, aunque son cautos. Es el caso del director del Instituto de Enfermedades Tropicales y de Salud Pública de la Universidad de La Laguna (ULL), Basilio Valladares quien ha advertido que “cada año mueren muchas más personas en el mundo por diarrea que por ébola”. El experto insiste en que es fundamental la investigación para avanzar en estas patologías pero, a la vez, es fundamental atender la situación de desigualdad sanitaria, económica y social de estos países para atajar las futuras epidemias víricas. Además de para controlar las enfermedades que son ya muy comunes como la malaria o la leishmaniasis, que cada año multiplican por varias cifras los afectados en la crisis del ébola.

En estos momentos hay otras vacunas que están pendientes como es la de la malaria o, más prometedora aún, la vacuna universal que está ensayando el bioquímico colombiano Manuel Elkin Patarroyo.

En el caso de esta vacuna contra el ébola la gran novedad ha estado en un que diseño se basa en el mismo que logró erradicar la viruela: el método de vacunación con anillo. En Guinea en 2015, cuando se inició este estudio, aún se registraban casos de ébola. Cada vez que se diagnosticó un nuevo caso de ébola, el equipo de investigación rastreó a todas las personas que pudieron haber estado en contacto con el paciente en las tres semanas anteriores. Se identificaron 117 grupos o anillos, cada uno formado por un promedio de 80 personas.

“Este ensayo, tanto histórico como innovador, fue posible gracias a una colaboración y coordinación internacional ejemplar, a la contribución de muchos expertos en todo el mundo y a la participación local”, afirma John-Arne Røttingen, del Instituto Noruego de Salud Pública y presidente del grupo que dirige del estudio.

La organización internacional de vacunación GAVI proporcionó 5 millones de dólares a Merck para la futura adquisición de la vacuna una vez que haya sido aprobada, precalificada y recomendada por la OMS. Merck se comprometió a asegurar que 300.000 dosis de la vacuna estén disponibles para su uso de emergencia y para someter a la vacuna al proceso de licencia final.

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