La desidia quema la vieja Facultad de Bellas Artes

K. Estévez/T. Fumero
Santa Cruz de Tenerife
Crónica de una desidia anunciada. Un incendio que, a falta de confirmación oficial, se estima de origen intencionado, causó ayer graves daños en el santacrucero inmueble que albergó en su día la Facultad de Bellas Artes, cuyo abandono denunció hace dos meses DIARIO DE AVISOS. Al saber del siniestro, una airada directora de la Escuela de Arte Fernando Estévez, María Jesús Delgado, achacó el mismo a la presencia de los okupas.
“A raíz del reportaje publicado en DIARIO DE AVISOS sobre el estado de la Facultad, se envió a un segurita y fue limpiado el interior, pero no sabemos en qué estado se encuentra ahora el edificio. Consideramos que el incendio es debido a los okupas que residen en el inmueble. Que quede claro en los medios de comunicación que hay gente viviendo ahí, y hay trapicheo”, explicó ayer Delgado a este periódico.
En clara acusación sobre los efectos de la desidia respecto a estas instalaciones públicas, para la directora de la Escuela “la antigua Facultad es un peligro. Esto ya lo habíamos denunciado hace mucho tiempo a las autoridades competentes de la consejería. Nosotros detectamos un problema de okupas desde hace meses, de roturas de tuberías
-estuvo saliendo el agua durante todo un fin de semana-, y desperfectos en el inmueble, como los cristales que se rompen y resultan un peligro para los estudiantes de la Escuela que trabajan en las aulas modulares”.
Lo cierto es que el enfado de Delgado está relacionado con el riesgo sufrido por los estudiantes actuales, por cuanto ayer “desalojaron las aulas modulares primero y después, por precaución, desalojaron la Escuela de Arte, colindante con la antigua Facultad de Bellas Artes. Lo que nos separa es un trozo de jardín seco. Menos mal que no pasó a más. El día que haya un incendio grave, entonces tendremos un verdadero problema”, continuó Delgado. Ya en días pasados, desde la Escuela de Arte se detectó la rotura de varios cristales y, aprovechando la presencia de los bomberos, se les pidió que retirasen los mismos por el lógico riesgo que su presencia conlleva, otro acto de vandalismo que María Jesús Delgado entiende obra de los ilegales residentes ya mencionados.
Respecto a la crónica del suceso de ayer, fueron precisamente dos jóvenes alumnos de la Escuela de Arte Fernando Estévez quienes dieron la voz de alarma por las llamas surgidas en la vieja facultad minutos antes de las diez y media de la mañana. Bomberos del Consorcio Insular comprobaron que el fuego se había localizado en la primera y segunda planta del inmueble, afectando a diverso mobiliario almacenado (con bastante carga térmica), procediendo finalmente a su extinción y ventilación.
Estos datos, extraídos de la nota de prensa remitida desde el Consorcio, no hacen sino apuntalar la tesis sobre un fuego intencionado y la relación entre su virulencia y riesgo con el abandono existente, de exclusiva responsabilidad administrativa. Resta añadir que también prestaron servicio efectivos de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife, de la Policía Nacional y del Servicio de Urgencias Canario, desplazados a la zona como medida preventiva, si bien felizmente, no se requirió de sus servicios al no registrarse daños personales. Por lo que respecta a la evacuación de la Escuela de Arte, basta con apuntar que, tras la eficiente actuación de los bomberos, los alumnos volvieron a sus aulas después del recreo.

El Salón de Actos de estas antiguas dependencias ha quedado totalmente destruido. Las primeras estimaciones realizadas apuntan a la posibilidad de que el incendio haya sido provocado.

Ya DIARIO DE AVISOS publicaba a finales de enero el lamentable estado del inmueble, sumido en un total estado de abandono, en el reportaje Una facultad en ruinas con el arte por los suelos. En esta publicación, y en las que editamos los días siguientes en las páginas del periódico, se alertaba a las autoridades competentes de la situación. La ULL anunció, poco tiempo después, que había llevado contenedores para limpiar el edificio.

La Universidad, mediante un comunicado de prensa, señala que “hay que recordar que, mediante un convenio, tanto la seguridad como el uso parcial del edificio están trasferidos a la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad de Gobierno de Canarias, a la cual esta institución académica solicita que se refuercen las medidas de vigilancia y protección para evitar que hechos como este vuelvan a suceder”.