despuÉs del paréntesis

Tarek William Saab

Lo conocí hace unos cuantos años. Vino a Tenerife a un encuentro en la ULL con autores venezolanos

Lo conocí hace unos cuantos años. Vino a Tenerife a un encuentro en la ULL con autores venezolanos. Se presentaba como uno de los poetas contemporáneos más importantes de allí. Y lo era. Una escritura medida, contundente, en la que no sobraba tensión humana y un regusto ético y comunitario.

Pero era bella la poesía que descubrí. Andado el tiempo nos volvimos a encontrar en Caracas, a las puertas de la elección de Hugo Chávez como presidente del país. Sabía de las preocupaciones políticas de Tarek William Saab, un abogado-poeta que había consumado una larga trayectoria en la extrema izquierda desde estudiante y que eligió el partido comunista como estandarte de su militancia. Me dijo que Chávez era la oportunidad de liberar a Venezuela de la perfidia política y social a la que los dos partidos convencionales de entonces (Copei, o Comité de Organización Política Electoral Independiente, y AD, o Acción Democrática) la habían condenado. Él y los suyos iban a aprovechar la ocasión. Aparte de diputado, fue gobernador del Estado de Anzoátegui, su tierra natal (nació en El Tigre de padres libaneses), y es el presidente del Consejo Moral Republicano y Defensor del Pueblo (cargo que habría de ocupar de 2014 a 2021). En esas fechas le hice ver mis temores por el populismo y la deriva democrática que habrían de sufrir si no andaban con cuidado. Se defendió con pericia.

Una cosa es la democracia orgánica de Europa o de EE.UU. y otra lo que ocurre aquí. Ellos iban a actuar porque el pueblo lo necesitaba y habrían de asegurar las condiciones de su porvenir. Lo que a nosotros nos preocupaba, a Tarek William Saab y los suyos ni los rozaba. Tarek William Saab es hoy un revolucionario. Ya no cuenta la admiración del chico por Che Guevara; cuenta la guía de Fidel Castro. Hugo Chávez es el padre. A él y a su legado le ha jurado absoluta e incondicional fidelidad.

Maduro condena a Venezuela al absolutismo por temor a perder el poder. Todos los que no son suyos son de derechas, terroristas o atentan contra la independencia de la patria. Así, no solo los opositores irán a la cárcel, sino el 50% del país. La razón no tiene futuro. Eso le ocurrió a la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, que acaso corra peligro de muerte. Tarek William Saab la sustituyó. Venezuela y el precio de la desilusión. Tarek Saab aceptó lo que confirma la barbaridad; también consumó un hecho atroz: perder su condición. Chávez lo nombró “poeta de la revolución” y su último libro lo delata.

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