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El conejo me riscó la perra

La Fiscalía belga quiere saber -hay que joderse- cómo será la celda que ocuparía Puigdemont, en caso de ser extraditado. Cuánto mide de alto, cuánto de ancho, si tiene lavabo, cagadero y lo demás. Yo de la jueza Lamela le mandaría a la Fiscalía belga los datos de una suite del Palace, le pondría dos policías en la puerta y que lo manden para acá. Repito que hay que joderse con Bélgica, un país de la Unión Europea, que está pidiendo datos de otro, España, que tiene más garantías jurídicas que Bélgica, más seguridad, mejor sistema judicial y que en vez de soportar el grave conflicto entre flamencos y valones, que llevan toda la vida dándose estopa, pues lidia con el proceso catalán, que es más de traca que de realidad. Bélgica no es un país propiamente dicho, sino que son dos, que una vez estuvieron más de un año sin Gobierno y que no pintan nada en la Unión Europea, al contrario que su vecina Holanda y el pequeño Luxemburgo, que aporta más líderes a la Unión que la propia Bélgica. Ni siquiera su rey es rey de Bélgica, sino de los belgas y, en los últimos tiempos, Bélgica se ha convertido en refugio de terroristas. Además, tiene la peor policía de la Unión Europea, a la que, por cierto, España ha ayudado en varias ocasiones, dándole información sobre delincuentes internacionales que estaban o querían estar allí. Ahora la Fiscalía belga pide información sobre el palacete de Soto del Real, o donde toque, que va a ocupar Puigdemont, que ya ni siquiera es presidente de la comunidad autónoma catalana, sino un mindundi cobarde fugado a un país de la Unión Europea. El conejo me riscó la perra, ya digo. Ver para creer.

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