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Resembrar la lectura

Estudios recientes nos hablan de los bajos niveles de lectura recreativa en España: Canarias, incluso, aparece por debajo de la media nacional. Por recreativa debemos entender la que se opone a la lectura funcional, más asociada a los estudios, las tesis, las investigaciones, los manuales o las enciclopedias. Se supone que la recreativa debería ser la voluntaria, la de los espacios de ocio, aunque la recreación sea un concepto estrecho para englobar algo que está más cerca del espíritu. ¿Cómo calificar el verso de un poema que nos transforma? ¿Cómo definir la virtud de una fábula que nos transporta a mundos paralelos? Difícil pensar que la poesía o la filosofía puedan ser recreativas. Me temo que son más bien sustanciales, integrales, y que sin ellas seremos cada vez menos humanos, y sí más funcionales, respondiendo como autómatas ante cualquier estímulo. Tenemos un desafío tremendo -desde los hogares, desde la educación, desde las políticas públicas- por hacer de la lectura el centro de nuestras vidas, para que el nuestro no sea un tránsito inerte sino, precisamente, vívido, cónsono con las circunstancias que nos deben hacer mejores.

Caminando cualquier domingo por el mercado de Nuestra Señora de África, desde manteles puestos sobre las calles o cajas rotas, viejos libros nos saludan. Se confunden con herramientas, con ropa usada, con arados que ya nadie usa ni entiende. Tratan de perfilarse en medio del vejestorio, pero el tiempo, o los usos, o el desinterés, los sepulta. Por aquí nos dice adiós Antonio Machado, desde allá nos saluda Azorín, en un rincón sombrío se ríe Pío Baroja. Van desfilando los grandes maestros sin saber que los hemos convertido en huérfanos, y sin embargo nos reciben con sus mejores luces, para que algún caminante se apiade y los saque de paseo, lejos del hospicio. Los extraviados, sin embargo, no son ellos, sino precisamente nosotros, muertos de espíritu, que vivimos no para transformar realidades o a nosotros mismos, sino para no sentir nada o creer que el amor es una cita a ciegas.

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