tribuna

Autopistas y plutocracia

Como soy un defensor del capitalismo, y como tengo observado, desde la adolescencia, que las sociedades donde conviven el mayor porcentaje de libertad con él mayormente porcentaje de prosperidad son las sociedades capitalistas

Como soy un defensor del capitalismo, y como tengo observado, desde la adolescencia, que las sociedades donde conviven el mayor porcentaje de libertad con él mayormente porcentaje de prosperidad son las sociedades capitalistas, me enoja profundamente que a quienes más favorece el capitalismo sean precisamente quienes más esfuerzos hagan para romper las reglas. Lo de las autopistas privadas concertadas con el Estado, esos contratos donde si hay ganancias son ganancias privadas y, si hay pérdidas, las pagamos el resto de los españoles, no es capitalismo, sino plutocracia, el gobierno de los más ricos, término que comenzó a emplear Jenofonte, muerto ya hace 2.600 años. Si yo pongo una verdulería, y la verdulería va mal, y la tengo que cerrar con pérdidas, ni el banco me perdona un euro de lo que me prestó, ni el ayuntamiento de la ciudad, ni el Ministerio de Agricultura me van a compensar por las pérdidas que he tenido. Ahora bien, si tengo un importante paquete de acciones, y el que parecía un astuto ejecutivo se ha equivocado en la explotación del negocio, y el negocio de la autopista es una ruina, no me tengo que preocupar de nada, porque con el contrato firmado por el Gobierno se produce la impresión de que estaba de presidente del Gobierno el presidente del Consejo de Administración de la empresa de las autopistas. Tengo muchos amigos que se preguntan de dónde salen los millones de votos de los populistas, esos inquisidores de la corrupción que han demostrado que, en cuanto tocan poder, son un desastre. Pues salen de esos ciudadanos con sentido común, que están ahogados por los impuestos, y que contemplan con perplejidad que esto va derivando, de una democracia capitalista a una plutocracia, en la que cada paso que avanza demostrando su poder, hace más por la destrucción del capitalismo que cien mil huidas en Suiza, con o sin flequillo.

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