la reforma del estatuto: diario de una parlamentaria

No estamos dispuestos a pasar de puntillas por nuestros derechos

Llámenme ingenua, perode verdad les digo que ayer entré a la ponencia para la reforma del Estatuto de Canarias convencida de que iba a ser un encuentro fructífero

Llámenme ingenua, perode verdad les digo que ayer entré a la ponencia para la reforma del Estatuto de Canarias convencida de que iba a ser un encuentro fructífero. Estaba tan segura de que íbamos a avanzar y a llegar a acuerdos de calado que debo admitir que al final del día me he sentido un poco decepcionada, pues nos ha tocado explicar cosas que ya considerábamos más que asumidas y apenas hemos logrado revisar las enmiendas presentadas a una decena de artículos.

El tema de discusión era importante. Probablemente de los más trascendentes. No en vano, hablábamos de los derechos políticos de nuestro pueblo,de lo que nuestra “carta magna” isleña debe reconocer como consustancial a nuestras familias, a nuestros menores y jóvenes, personas mayores o con algún tipo de diversidad funcional. Diversidad funcional, fíjense ustedes, un término muy extendido en la sociedad canaria pero que hemos tenido que explicar y defender a algunos de los representantes políticos de otras formaciones, queaún semanejan con términos que no son del todo incluyentes.

Me pregunto por qué es tan difícil llegar a un entendimiento cuando se supone que todos los partidos aseguran defender los derechos de los colectivos antes retratados. ¿Cuál es la razón para actuar de una manera tan “correosa”? ¿Será el miedo a avanzar y ampliar las prestaciones que nuestra gente merece por parte de las instituciones? ¿Será el temor a que la conquista de un nuevo horizonte de demandas democráticas pueda abrir la puerta a más reivindicaciones? Si esas son las causas que no verbalizan, pero mueven a los partidos tradicionales a revolverse en su asiento y buscarle los tres pies al gato, creo que, después de todo, no vamos por mal camino.

Otra cosa que me ha sorprendido en alguno de los ponentes hasido las pegastan lindas que ponenpara evitar que se modifique un artículo. Una de las frases más repetidas ha sido “hay que respetar el texto original”. Y lo dicen como si nuestro Estatuto formara parte de las Sagradas Escrituras y no necesitara una puesta a punto después de casi cuatro décadas sin sufrir apenas reformas. Oigan, más que respetar el texto original a quien hay que respetar es a nuestra gente, que cuentan con nosotros para que el texto que resulte de nuestras negociaciones blinde sus derechos para que ninguna institución o partido pueda volver a quebrantarlos.

Nosotras, las de Podemos,somos uno de los grupos que más enmiendas hemos presentado. Casi todas inspiradas en los contenidos de tratados de las Naciones Unidas, acuerdos transnacionales para combatir lacras como la violencia machista, directivas europeas y principios constitucionales. No pedíamos la luna, solo queremos que nuestro Estatuto esté a la última. No sea que caigamos en la desgracia de seguir gobernados por los mismos de siempre y no podamos volver a modificarlo hasta dentro de otros treinta y seis años. No hemos traído a la mesa de negociación ningún panfleto o soflama. Hemos traído los convenios que España ha ratificado internacionalmente. Es de justicia que formen parte de nuestra “Constitución” para que estos se plasmen en las leyes que apruebe el Parlamento de Canarias sin dar opción a interpretacionesinteresadas que, normalmente, nunca son a favor de la mayoría social.

De ahí nuestra insistencia en temas de tanto calado como la igualdad de trato de las instituciones de las Islas a toda su población, sin discriminación por razones de sexo, identidad de género, lugar de nacimiento, etnicidad, credo político o religioso, enfermedad, lengua, etcétera. Además de fomentar el desarrollo de políticas activas destinadas a impedir la discriminación de la población infantil, garantizando que nuestras niñas y niños tengan acceso a servicios básicos como la educación, la sanidad, la vivienda, la vestimenta o su nutrición, así como el derecho a jugar y practicar todo tipo de actividades recreativas y culturales. Y, lo mismo hemos defendido para nuestros mayores, que deben tener aseguradas la prestación de atenciones de manera integral, respetando siempre su autonomía personal y su independencia, a la vez que se combate desde las instituciones cualquier forma de maltrato o explotación.

Por fuera se nos quedó un tema crucial; la valorización del trabajo de cuidados y la atención en el ámbito doméstico a la hora de planificar la política social y económica en las islas. Lo que supone un serio revés para un sector tremendamente invisibilizado y feminizado, y que se ceba sobre todo con las personas dependientes. Solo por eso, hemos sido especialmente insistentes al defender en el siguiente artículo los derechos de las personas que padecen algún tipo de diversidad funcional, incidiendo en la necesidad de materializar estatutariamente la atención a la dependencia de forma gratuita y de calidad. Como contraparte, alcanzamos un acuerdo unánime para que los poderes públicos autonómicospromuevan el uso y la enseñanza de la lengua de signos española. Una reclamación que introdujimos en el proceso de reforma de este texto tras adquirir un compromiso con diversos colectivos de personas sordas.

Con lo que sí fuimos inflexiblesfue en el reconocimiento de las violencias machistas como lacra que asola al Archipiélago, y afortunadamente llegamos a un acuerdo paraencomendar a las administraciones de la Comunidad Autónoma el imprescindible deber de trabajar en su prevención y erradicación.

Nos queda todavía mucho trabajo por delante, y es probable que negociaciones como la de ayer vuelvan a repetirse, ralentizando el ritmo de la ponencia. Ahora,si esto es así, es porque no estamos dispuestos a pasar de puntillas por nuestros derechos. Que a nadie le quepa ninguna duda, desde Podemos intentaremos consensuar y llegar a acuerdos amplios,pero siempreque los mismos se encaminen a paliar la desgarradora desigualdad que está sufriendo nuestro pueblo. En resumen, vamos a fajarnos;tenemos más de dos millones de razonespor las que luchar.

Meri Pita es secretaria de Plurinacionalidad y Diversidad Territorial y diputada por Canarias de Podemos

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