la carta de pedro j.

Para que “la bruja mala del cuento” no pueda volver

“No ahorcamos a nadie por robar caballos, sino para que no se roben caballos”, precisaba ya en el siglo XVII Lord Halifax. Que nadie pretenda encuadrar el debate sobre la prisión permanente revisable en el ámbito de la venganza. Estamos hablando de la justicia, o sea, del punto de encuentro entre la punición de los delitos, la reparación a las víctimas, la protección de las personas –especialmente las más débiles- y la reinserción de los delincuentes. Si el único fin del Código Penal fuera este último, en vez de cárceles existirían aulas especiales e incluso convenios con la Universidad a Distancia para que los criminales pudieran reinsertarse -o “resocializarse”, como acaba de decir Zapatero- sin necesidad de salir de casa.

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