Quería romper con su pasado, y para lograrlo no dudó en desprenderse de unos negocios donde había empeñado buena parte de su vida. Justo cuando estaba a punto de empezar a recoger los frutos de una nueva vida, a Pedro Carlos Machín Quintero le arrebataron la suya en un crimen que ha llamado la atención de los investigadores policiales por su perfecta ejecución. Los asesinos de este herreño, que deja viuda y tres hijos, no han dejado rastro, al menos que se haya detectado en esta fase inicial de la investigación. El suceso ha sembrado el temor en toda Canarias, especialmente entre los empresarios. No son pocos los hombres de negocios tinerfeños que ayer preguntaron a las autoridades si debían reforzar su seguridad personal o, cuanto menos, tomar alguna precaución a tal fin.
Los familiares y amigos de Machín estaban ayer, lógicamente, destrozados, pero también mostraron señales de la indignación causada por semejante fechoría. No en balde, la víctima llevaba meses y meses esforzándose por hacer realidad su cambio de rumbo, tanto en lo vital como en lo profesional. Atrás dejaba sus vínculos con el ocio lagunero, que tantos disgustos le causó con la llegada del llamado caso Corredor. A cuenta del mismo llegó a ser juzgado y absuelto a mediados del año pasado, pero estaba decidido a colaborar en todo lo posible para que la verdad aflorase sobre todo lo relacionado con el referido escándalo.
Eso sí, Carlos Machín ni estaba imputado ni citado como testigo para el juicio que empieza el próximo mes sobre una pieza separada de dicho caso Corredor. Fue uno de los numerosos bulos que circularon ayer sobre el crimen de La Verdellada. También se aseguró erróneamente que los dos arrestos que se habían practicado en Madrid estaban relacionados con el caso. Hasta se afirmó públicamente que otro implicado en el caso Corredor se había suicidado, pero todo eso es falso. Como si no bastase con el acribillamiento del empresario herreño.
Ahora llega el turno de la investigación policial, que tiene por delante un abanico notable para desarrollar su trabajo. A nadie se le escapa que revisarán todo lo que tenga que ver con el dichoso caso Corredor y, en general, el pasado de la víctima en este sector, que incluso llega a extenderse de alguna manera a otras actividades como la de las apuestas. Otra línea pasa por su nuevo proyecto empresarial para importar plástico desde África y reciclarlo en la Isla para embotellamiento.
Ahora toca asumir tan dura realidad, y digerir el lógico temor que causa un crimen del todo insólito por estos lares.
Un herreño afable, familiar y muy conocido en la provincia
Carlos Machín deja tras de sí una merecida fama de buena gente. Hombre familiar, casado con su novia de toda la vida y padre de tres hijos, era muy conocido tanto en su isla natal, El Hierro, como en el área metropolitana tinerfeña. Que lo hayan asesinado cuando cambiaba a mejor su vida multiplica la indignación entre los suyos.