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Encargan la primera excavación arqueológica en la Cueva de Bencomo

El Cabildo y la empresa Prored consideran, tras las catas, que se debe indagar mejor en el suelo de la cavidad, ya que los restos encontrados indican que se puede tratar de un yacimiento único en la Isla
Durante la limpieza realizada en el BIC se encontraron elementos susceptibles de ser analizados. Sergio Méndez
Durante la limpieza realizada en el BIC se encontraron elementos susceptibles de ser analizados. Sergio Méndez
Durante la limpieza realizada en el BIC se encontraron elementos susceptibles de ser analizados. Sergio Méndez

Los arqueólogos ya habían aconsejado acometer una excavación en la Cueva de Bencomo, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de zona arqueológica. Lo hicieron después de que la empresa Prored acometiera la primera y única limpieza realizada en el lugar, en noviembre del año pasado.

En ese momento, se excavaron apenas 12 centímetros de profundidad y nunca se pensó que podía haber suelos de ocupación, ya que a mediados del siglo XX, cuando Luis Diego Cuscoy, padre de la arqueología tinerfeña, entró en la cueva, dijo que no tenía nada en superficie y apenas había sedimentación.

Pero al retirar el estiércol de cabra acumulado durante décadas, los resultados encontrados fueron inesperados, como el hallazgo de restos de cerámica, animales y hoguera, dientes de cochino y cabra, lapas y paladares de pescado, obsidiana y cuentas de collares. Estos elementos, junto con el labrado de las paredes y los accesos, algo imposible de formarse de manera natural, según los profesionales, pueden indicar que se trata de un tipo de yacimiento con un tratamiento especial a la hora de preservar las cuevas.

De confirmarse esta hipótesis, sería la primera vez que en Tenerife se documenta un recinto que ha sido transformado en la época guanche para añadirle un elemento a modo de puerta para sellar un espacio, tal y como ocurría en los graneros de Gran Canaria, algo que hasta ahora no había sido evidenciado en ningún trabajo arqueológico.

Por este motivo, el Cabildo de Tenerife ha decidido encargarle a Prored la primera excavación, que permitirá indagar mejor en el suelo para poder llegar a unas conclusiones claras a la hora de determinar una funcionalidad y definir las diversas actividades dentro de ambas cuevas, ya que el BIC está formado por dos oquedades naturales basálticas unidas por un pasadizo. Al yacimiento se entra por un acceso común muy estrecho.

La parte más interesante, según los arqueólogos, está en la segunda cavidad. Quizás, porque la primera no tuvo el mismo nivel de uso y no acumuló un depósito sedimentario que hablara de una ocupación estable ý con una funcionalidad determinada.

En el informe elaborado por la empresa se especifica que las muestras del uso del fuego en ambas cuevas corresponden a momentos históricos diferentes. La primera parece ser reciente, al localizarse las huellas de combustión bajo las rocas y a escasos centímetros de profundidad; mientras que la segunda tiene una génesis diferente al estar relacionada espacial y estratigráficamente con un uso exclusivo de adscripción guanche.

Excavar en el resto de la pared permitirá confirmar “si pueden indicar áreas de cocina o calentamiento para pasar la noche allí”, señala Efraían Marrero Salas, uno de los arqueólogos responsables.

Registro digital

Sin embargo, considera que lo más relevante es el trabajo en los huecos de acceso y en las paredes del interior, dado que son muy trabajados. Uno de los aspectos en los que se quiere profundizar es si el labrado está hecho con piedra o con metal. Se plantea un registro digital para luego trabajar en el ordenador e intentar recrear lo que se colocó allí a modo de cierre.

El Cabildo de Tenerife ya tramita el expediente para que la empresa pueda iniciar los trabajos. La idea es que estos comiencen entre agosto y septiembre, asegura la consejera insular de Patrimonio, Josefa Mesa.

Los arqueólogos programan un mes de excavación y diez días de registro digital, puesto que otra de las tareas necesarias es la realización de una exploración fotométrica en tres dimensiones en todas las paredes y techos de ambas cuevas.

Laboratorio de Miami

Los resultados de esta intervención se enviarán a un laboratorio de Miami, en Estados Unidos, junto con las 200 piezas obtenidas en las catas. Ello permitirá no solo conseguir información más precisa sino una fecha del suelo de ocupación guanche.

Después de permanecer en el más absoluto de los olvidos, y tras la denuncia reiterada de DIARIO DE AVISOS, la Cueva de Bencomo ha vuelto a centrar el interés de las administraciones. El Gobierno de Canarias decidió elaborar un proyecto para convertirlo en el primer museo de sitio de Tenerife, lo que conllevó diversas vicisitudes. La primera de ellas, determinar en qué municipio se encontraba ubicada la que fuera la morada del legendario mencey de Taoro, hasta que la empresa pública Grafcan comprobó que formaba parte de La Orotava y no de Santa Úrsula, como se indicaba en muchos documentos y planes generales.

La segunda fue proceder a la limpieza del lugar, una tarea que se realizó sin inconvenientes y con resultados gratificantes. La tercera, todavía por resolver, es llegar a un acuerdo con los propietarios de la finca en la que se ubica el BIC, ya que han aparecido nuevos dueños que pueden complicar la compra. Si ello se resuelve sin llegar a la expropiación, la actuación conjunta de las tres administraciones será un ejemplo de cómo se debe actuar para conseguir los resultados esperados.

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