Concluye la restauración de la plaza del Ayuntamiento de La Orotava, tras dos años

La centenaria plaza del Ayuntamiento de La Orotava ha sido objeto de diversas obras de mejora y rehabilitación que han costado dos años de trabajo y 220.000 euros de inversión. El alcalde villero, Francisco Linares, valoró ayer el resultado de esta actuación municipal recién concluida, “por ser un espacio neurálgico y emblemático del conjunto histórico”. “Se trata -explicó- de un proyecto extraordinario en el que se ha procedido con mucho mimo, rigurosidad y respeto para renovar y remozar todo el recinto, adaptándolo a los tiempos actuales y apostando a la par por la inclusión”, y así poder seguir ofreciendo la mejor imagen de un municipio que aspira a convertirse en Patrimonio Mundial. El concejal de Servicios Generales, Felipe David Benítez, detalló que la rehabilitación de la plaza del Ayuntamiento comenzó hace dos años con la renovación integral de todos los espacios verdes del recinto y la inclusión del sistema de riego automatizado, la adecuación de la fuente y la incorporación de alumbrado.

En los últimos meses se han realizado los trabajos de mejora de toda la balaustrada y la sustitución de las artísticas farolas, que han requerido un trabajo artesanal. Las farolas, que se instalaron en la plaza en 1912 con diseño de Mariano Estanga, tuvieron que retirarse, por seguridad, debido al elevado estado de deterioro que presentaban. Ahora mantienen la estética original, pero se han adaptado a la tecnología del siglo XXI pues son tipo led, de ahorro energético, y alumbran la totalidad de la plaza, “por lo que se gana en eficiencia energética y sostenibilidad”, apuntó el edil, quien agregó que la inversión de 150.000 euros la asumió en su totalidad la empresa concesionaria Effico.

Otra obra destacable fue la eliminación de las barreras arquitectónicas para acceder a la plaza, con un corte de la balaustrada en una de las esquinas del recinto. Otro hecho histórico fue el descubrimiento de una cornisa perimetral de piedra natural, que durante muchos años estuvo tapada por la pintura. Asimismo, se realizó un minucioso proceso de restauración de todos los paramentos y hasta de los escudos municipales de los bancos. En todas estas obras, supervisadas por el Consejo Municipal de Patrimonio Histórico, el Consistorio villero invirtió unos 70.000 euros.