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Diez años después de la histórica quiebra de Lehman Brothers

La caída del cuarto banco de inversión de EE.UU. desató la mayor crisis financiera mundial, que aún hoy lastra el crecimiento y el empleo
La imagen de los empleados de Lehman Brothers saliendo de la sede con cajas con sus pertenencias dio la vuelta al mundo e inició la mayor crisis financiera de todos los tiempos. El Español
La imagen de los empleados de Lehman Brothers saliendo de     la sede con cajas con sus pertenencias dio la vuelta al mundo e inició la mayor crisis financiera de todos los tiempos. El Español
La imagen de los empleados de Lehman Brothers saliendo de la sede con cajas con sus pertenencias dio la vuelta al mundo e inició la mayor crisis financiera de todos los tiempos. El Español

El lunes 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers (una compañía global de servicios financieros de Estados Unidos fundada en 1850) presentaba su declaración formal de quiebra tras el éxodo de la mayoría de sus clientes, pérdidas drásticas en el mercado de valores y, sobre todo, la devaluación de sus activos por las principales agencias de calificación de riesgos. Todo ello porque fue presa de sus operaciones con las titulaciones de hipotecas subprime, asumiendo riesgos excesivos.

Antes de declararse en quiebra, Lehman Brothers era el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos, por detrás de Goldman Sachs, Morgan Stanley y Merrill Lynch, y tenía 680.000 millones de dólares en activos y más de 26.000 empleados repartidos por todo el mundo. La caída de Lehman es la mayor quiebra en la historia de Estados Unidos y está fuertemente asociada a la crisis financiera global de 2008. Por aquel entonces, Luis de Guindos, exministro de Economía, presidía la filial de Lehman en España y Portugal, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, negaba la crisis venidera aprobando cheques bebés, dentistas gratis para los niños y planes de inversión: los llamados Plan E. Todo ello, ante los ojos atónitos de su ministro de Economía, Pedro Solbes, que ya sabía lo que venía.

Nadie pensó nunca que las autoridades norteamericanas iban a dejar caer a uno de los grandes bancos de EE.UU. a pesar de que la entidad acumulaba, a mediados de septiembre, una pérdida de valor en bolsa anual cercana al 95%.

La imagen de los trabajadores saliendo del banco con sus efectos personales en cajas dio la vuelta al mundo provocando un verdadero terremoto en todos los mercados internacionales y siendo la imagen del inicio de la crisis económica que azotaría al planeta.

Pero no todo empezó con la caída de Lehman. Durante los años previos a la bancarrota, la burbuja inmobiliaria creció en EE.UU. de tal forma que los prestamistas vendían las hipotecas concedidas a entidades bancarias sin preocuparse de que los prestatarios pudieran hacer frente a los pagos. Cuando estos no pudieron pagar, estos productos financieros empezaron a perder valor y las entidades comenzaron a caer. Desde Lehman Brothers hasta Bear Sterns, Merril Lynch y AIG. Pero solo se dejo caer a Lehman. Las demás fueron rescatadas.

Hay algunos economistas que apuntan a que los síntomas de la crisis del sistema financiero se inicia mucho antes, en abril de 2017 con la quiebra de un pequeño banco especializado en la concesión de hipotecas subprime: el New Century Financial. Sin embargo, fue en marzo de 2008 cuando varios bancos comenzaron a anunciar pérdidas millonarias y cae el primero de los grandes: Bear Stearns. La FED acudió al mercado para buscar comprador que acabó siendo JP Morgan. La entidad se hizo con su rival a un precio muy bajo: dos dólares por acción. Para la adquisición, la reserva federal de EE.UU. le otorgó un crédito de 30.000 millones de dólares.

Fue meses más tarde cuando la autoridad monetaria estadounidense se encontró con otra entidad con graves problemas: Lehman Brothers. Sin embargo, las autoridades fueron incapaces de encontrar comprador ya que sus pérdidas eran mayores que las de Bearn Stears y el mercado había perdido la confianza en la entidad. Además, para cuando el Tribunal de Quiebras del distrito sur de Nueva York registró en hundimiento de la entidad, ya era demasiado tarde. Hay publicaciones, incluso, que argumentan que la falta de compradores se debió también a que su consejero delegado, Richard Fuld, dificultó mucho las negociaciones con las autoridades. En un libro que publicó un empleado y al que hace mención el diario Expansión, narra que Fuld apuró en las negociaciones porque pensaba que las autoridades norteamericanas nunca dejarían caer al banco. Antes de que se precipitara el final del banco, el conocido inversor Warren Buffet miró suscuentas, aunque definitivamente no vio garantías. Lo mismo ocurrió con el Banco de América y Barclays que se postularon como compradores de la entidad, pero finalmente se echaron para detrás.

Dos días después, cuando la entidad ya había presentado oficialmente su declaración de quiebra, fue cuando Barclays anunció la compra de la división bancaria del grupo por 1.750 millones de dólares, con un activo de 72.000 millones y un pasivo de 68.000 millones. La operación incluía la sede central de Lehman Brothers en Nueva York. Sin embargo, la compra se canceló porque la decisión de adquirir la entidad requería que todos los accionistas de Barclays con derecho a voto tenían que estar de acuerdo en dicha operación, lo que no ocurrió, y la compra se tuvo que anular.

Lehman Brothers sobrevivió a una guerra civil, a la crisis bancaria de 1907 (lo más parecido a la de 2008) y al crac del 29, pero no consiguió superar la crisis subprime, que dejó a la entidad con un agujero de 613.000 millones de dólares, la mayor quiebra de la historia que abrió la gran crisis financiera que aún hoy azota a todo el mundo. Bancos rescatados, fusiones y compras de entidades que han reducido al máximo el numero de bancos, así como la confianza de los mercados y de los ciudadanos.

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