puerto de la cruz

El Cabildo exige a los municipios que “se pongan las pilas” con el saneamiento

El Ciatfe acomete tres obras importantes en el Valle para mejorar la depuración del agua y evitar el riesgo de inundaciones

El presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, instó ayer a los municipios “que se pongan las pilas para que las aguas residuales que se generan en los domicilios lleguen a los colectores, al alcantarillado y a su vez a las depuradoras para poder ser tratadas y reutilizadas para la actividad agraria”.

Alonso hizo hincapié en la necesidad de que los municipios colaboren en hacer llegar las aguas residuales a la depuradora para poder ser tratadas y puso el ejemplo de que en Los Realejos “el 80% aproximadamente, no llega a la red porque no hay red de alcantarillado”.

El presidente insular hizo estas declaraciones durante la visita institucional al Valle de La Orotava para ver in situ tres actuaciones importantes que el Consejo Insular de Aguas de Tenerife (Ciatfe) lleva a cabo en los tres municipios de la comarca. Lo hizo acompañado del consejero insular de Aguas, Manuel Martínez, y los alcaldes de Puerto de la Cruz y La Orotava, Lope Afonso y Francisco Linares, respectivamente y el concejal del Plan General de Los Realejos, Francisco Gutiérrez.

Se trata de las obras de encauzamiento del barranco de Martiánez, en la ciudad turística; la línea de desodorización de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) del Valle de La Orotava; y la mejora de pluviales y otras redes de la avenida de Canarias, en Los Realejos.

Tres proyectos que suponen una inversión que ronda los 8 millones de euros y que permitirán mejorar el saneamiento y la depuración de aguas y evitar los riesgos de inundaciones para las tres localidades.

El primero en visitarse fue el barranco de Martiánez. En ese punto, los trabajos consisten en adecuar el encauzamiento del barranco y la puesta en marcha de un colector de saneamiento que estaba anclado a un muro. Esto permitirá derivar las aguas residuales directamente a la EDAR evitando que se dirijan a la estación de bombeo de Martiánez. Una obra de gran envergadura que permitirá evitar la llegada de aguas residuales a la playa, y además, proporcionará garantías medioambientales a los usuarios. Su coste es de 2,4 millones y estará culminada el 20 de octubre dado que los trabajos avanzan a buen ritmo.

Tras pasar por la EDAR de La Orotava, la visita culminó en Los Realejos. Allí, la obra que acomete el Ciatfe asciende a 5,2 millones y se divide en dos: una en el tramo del barranco de Palo Blanco con la avenida de Canarias y otra en el tramo con el barranco de Godínez.

La primera consiste en las obras de canalización de un tramo del Barranco de Palo Blanco que discurre debajo de la avenida de Canarias, de 700 metros de longitud, mediante la ejecución de un marco de hormigón armado de 1,5 metros de ancho y 1,9 metros de alto. Además, se prevén obras de mejora de la red de aguas pluviales, tanto en la citada avenida como en las calles próximas, que complementarán a la red existente.

El proyecto contempla la reposición de algunos tramos de colectores de saneamiento y la ejecución de un aliviadero de labio lateral que verterá las aguas – en caso de excedencia- al encauzamiento previsto

La segunda actuación consiste en la mejora de un túnel de derivación existente que discurre subterráneamente entre el barranco de Palo Blanco con el de Godínez para aumentra la capacidad hidráulica. De ese modo, se podrán derivar caudales del primero al segundo y evitar sobrecaudales en la avenida de Canarias.

Una reunión de alcaldes para trazar líneas de actuación comunes

Francisco Linares insistió ayer en la necesidad de que los alcaldes de la zona se reúnan próximamente con el fin de “trazar líneas de actuación y objetivos comunes para tener al Valle en las mejores condiciones posibles y lograr culminar todas las actuaciones de saneamiento en los próximos años”.

Lo hizo durante la visita a la obra de la EDAR, que ya está casi finalizada tras la colocación de filtros de carbono para disminuir los malos olores. La instalación solo disponía de una línea de desodorización que debido a su antigüedad y desgaste, provocada un gran impacto en la zona que ha sido solventad. La inversión fue de 381.000 euros.

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