el charco hondo

Ni con Sánchez ni sin él

Ni con él ni sin él. La relación que une-desune al Gobierno de acá con el de allá, éste ni contigo ni sin ti, tiene a los actores locales envueltos en un bosque de dudas bastante razonables, preguntas sin respuestas, incertidumbres, relojes que juegan a favor, o en contra, no lo saben

Ni con él ni sin él. La relación que une-desune al Gobierno de acá con el de allá, éste ni contigo ni sin ti, tiene a los actores locales envueltos en un bosque de dudas bastante razonables, preguntas sin respuestas, incertidumbres, relojes que juegan a favor, o en contra, no lo saben. Que el amor no fluye es evidente. No hay química. Ni física. Más allá de la educación general básica (esas buenas maneras que impone la obligación de servicio público) no hay nada. Nada o menos. No hay feeling. Ni rastro del buen rollo. Conviven. Se soportan, y ya. A Coalición no le cae bien este PSOE, y viceversa tres cuartos. La acritud llena las paredes de humedades. La frialdad congela móviles y despachos, ninguneo al que el Gobierno canario no está acostumbrado, mimado como ha estado estos últimos años por las urgencias parlamentarias del PP, apuros que se traducían en ministros sonrientes -no necesariamente eficientes, pero sí sonrientes-. Se dan las condiciones para que CC esté deseando que Pedro Sánchez tire la toalla y convoque elecciones cuanto antes. Quieren en Coalición que así ocurra, y que no. Celebrarían que Sánchez precipite el final de la legislatura, y no. El cuerpo les pide que así sea, pero no. Ni con el presidente ni sin él. Si Sánchez provoca el final, en CC aplaudirían los minutos pares, pero llorarían los impares en señal de duelo por la batería de convenios que quedarían sin firmar, presupuestos sin aprobar, Régimen Económico y Fiscal sin rematar, y Estatuto sin reformar -por el sistema electoral no derramarían una sola lágrima, pero esa es otra película-. Ni con Sánchez ni sin él. En Coalición, y no solo, pueden estar más o menos cómodos o incómodos, felices o infelices, simpáticos o lo contrario con este Gobierno de España, pero si Sánchez da un paso a un lado -o al frente, depende- saltarían por los aires, a pocos metros de la meta, leyes, inversiones y compromisos pendientes. Ni con este PSOE ni sin él. Quieren que esto acabe, y no. Sueñan con quitarse de encima a Ábalos, pero tampoco. Desean que acabe la legislatura y lo contrario. Ni con él ni sin él. Ni con Sánchez ni sin él.

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