Hasta 7.200 vehículos llegan a circular en una hora por los cuatro carriles de la autopista del Sur a la altura de Guaza (Arona), lo que convierte este tramo de la TF-1 en uno de los de mayor densidad de tráfico de España. La media de coches, guaguas, camiones y motocicletas que circulan cada jornada por esta zona es de 90.000 unidades, aunque se han registrado picos de hasta 103.000 en un día, según los datos registrados por la estación del Cabildo situada en el kilómetro 68,7 de la autopista. Solo el año pasado el volumen de tráfico creció en ese tramo el 9,3% respecto a 2017.
El segundo gran cuello de botella de la comarca se produce ocho kilómetros más adelante, en sentido suroeste, donde el volumen de vehículos diarios supera los 70.000, marcando una tendencia claramente al alza, con un aumento del 14% en 2018. Detrás de estas cifras está, además de una insuficiente red viaria, el notable incremento de población en el Sur, especialmente en Arona, Adeje, Granadilla y San Miguel; el aumento de la actividad económica derivada del flujo de turistas (más de 75.000 visitantes de los 97.000 que pernoctan a diario en la Isla se alojan en el Sur), y un modelo que prioriza el uso del vehículo privado frente al transporte público.
El informe sobre la situación y perspectivas del transporte en el Sur, que ya tiene en sus manos el Cabildo, al que ha tenido acceso DIARIO DE AVISOS, dibuja un escenario complicado a la hora de resolver en el futuro los problemas de desplazamiento por la comarca y especialmente entre los municipios de Granadilla y Adeje, donde la movilidad creció el 7,5% en 2018, un porcentaje que supera los registros de los últimos años.
El estudio, explicado esta semana por el director insular de Fomento y Movilidad, Miguel Becerra, a representantes de los ayuntamientos del Sur, indica que “la solución al problema de la movilidad en el Sur no se consigue únicamente mediante la construcción de nuevos viarios o con modernos sistemas de transporte público, sino que es necesario un cambio de modelo donde sean claves otro tipo de medidas, como la restricción del uso del vehículo privado, medidas de tipo urbanístico y de ordenación del territorio y la recuperación del espacio público en la ciudad”. Además, sostiene que “todas las personas, sin exclusión por sexo, edad, discapacidad o nivel socioeconómico, serán el eje central de todas las actuaciones”. Para alcanzar los objetivos marcados, el informe plantea tres líneas básicas de actuación: fomentar el transporte multimodal que favorezca la peatonalización, el uso de la bicicleta y del transporte público colectivo; aumentar la competitividad relativa del transporte público frente al vehículo privado; y que los viajes interurbanos que se realicen en transporte privado se hagan en condiciones de calidad y confort adecuados.
El informe, que será el documento base del futuro Pacto por la Movilidad, cuya aprobación tendrá que esperar a la próxima legislatura, especifica que en el sur de la Isla tanto la infraestructura de transporte público como la destinada a los peatones ha ido mejorando paulatinamente, sobre todo en las zonas turísticas, pero también advierte de que la inversión en infraestructura viaria ha sido mínima.
“Los resultados, desgraciadamente, no son satisfactorios y, por otra parte, la dispersión territorial provoca que mucha gente tenga que desplazarse desde zonas con bajo nivel de transporte público”, indica el estudio en sus conclusiones.
“Hay que evitar que la guagua sea cosa de quienes no tienen coche”
En una reciente entrevista a este periódico, Miguel Becerra, director insular de Fomento y Movilidad, subrayó el consenso político sobre las prioridades viarias en la comarca sur: aumentar de cuatro a seis los carriles entre San Isidro y Las Américas y el cierre del anillo insular entre El Tanque y Santiago del Teide, pero remarcó que “el gran reto político es convencer a la ciudadanía de que con esas obras no se van a arreglar al 100% los problemas, porque tenemos un inconveniente de base, que es cómo nos movemos”.
Para Becerra, el gran objetivo es “desmontar que el transporte público en Tenerife sea cosa de quienes no tienen coche, de ahí que las reestructuraciones de las líneas de guaguas las hagamos no solo pensando en el usuario, que sería lo fácil, sino en quienes se mueven en coche, para que vean en la guagua una alternativa”.
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