la casa blanca - latitud 38.9

Una historia de charros y ‘cowboys’ del lejano Oeste

El National Western Stock Show, la mayor feria de ganado del mundo, muestra una América diferente

Colorado es un estado maravilloso. Viví 12 años en Denver, uno de mis hijos nació allí, y soy fan a morir de los Broncos, su equipo de fútbol.

La ciudad, con una altitud de 1.800 metros, tiene un clima y un paisaje que dan la razón al mejor de los calendarios. Cada estación está marcada por la naturaleza de forma implacable, pero su altura hace que hasta los días más fríos de invierno cuando la nieve no deja de caer durante toda la noche, el sol luzca radiante a la mañana siguiente.

La ciudad está anclada en la falda de las majestuosas Montañas Rocosas, con enormes cumbres, y los rascacielos se recortan contra su horizonte. Hoy en día es un estado vanguardista en temas de reciclaje e innovación en ecología e investigación en diferentes áreas tecnológicas. El primer estado en permitir el uso recreativo de la marihuana, y en mi opinión, con una tendencia bastante más liberal que los estados circundantes de Kansas, Nebraska, Utah, Wyoming, Nuevo México, Oklahoma o Arizona, con una población en la que cada día es tan común escuchar hablar inglés como español con una población hispana mayormente de origen mexicano.

Pero Denver, es una ciudad que fue fundada hace tan solo 161 años -en 1858-, y todavía es muy común encontrar vestigios de lo que para quienes no conocen su cultura es solo una obra de ficción propia de películas del Oeste. La bisabuela de mis hijos fue una de las pioneras que llegó en ferrocarril desde la costa Este para iniciar una nueva vida en la recién inaugurada ciudad.

Y es que Denver es el Oeste, y cada año en esta época, se celebra la mayor feria de ganado del mundo en la ciudad: el National Western Stock Show.

Hay que verlo para creerlo, desde 1906, rodeos, cowboys, espectáculos de caballos con jinetes con una destreza impresionante, llegan de todo el país. Más allá del recinto National Western Complex, donde se celebra cada año, la ciudad se convierte en un increíble escenario. Botas, sombreros, espuelas, chaps, y bandanas son la vestimenta más habitual en cualquier bar o restaurante durante esos días en los que no solo el pasado y el presente se funden, sino también culturas y costumbres, y junto con el tradicional atuendo del vaquero americano, aparece en todo su esplendor la vestimenta típica de los charros, mal llamado rodeo mexicano, ya que, aunque tienen similitudes, la charrería es un arte propio de México. Mientras en la capital de la nación los políticos en sus trajes y corbatas discuten de forma sombría el futuro del país e inmigración, en Colorado la diversidad se da la mano durante el Stock Show, y no hay barreras que se interpongan entre todos aquellos amantes de este evento singular.

LA ENTREVISTA

Brenda Aguilera, es uno de los rostros que iluminan el National Western Stock Show. Nacida en Parral, Chihuahua, México, llegó de niña a Detroit, para luego mudarse a Colorado. Brenda es una dreamer, es decir una de las miles de jóvenes que inmigraron a Estados Unidos en la infancia “sin papeles”, y que gracias a la orden ejecutiva del presidente Barack Obama, ha podido permanecer de forma regularizada en Estados Unidos. Un estatus que amenaza con eliminar la actual Administración. Brenda, a quién conocí hace ya unos años, creció en Colorado pero sin abandonar sus raíces. Hoy en día es una joven empresaria de éxito en el sector de publicidad y promociones, y además es la capitana junto con su amiga Naiomy Torres del equipo de Escaramuza Charra Flor de Aguileña, un equipo femenino de jinetes que montan a caballo al estilo amazona mostrando una destreza legendaria.

-¿En qué consiste la Escaramuza, y por qué es tan peligrosa?
“Principalmente nunca sabes cómo va reaccionar un animal. Nuestra rutina la hacemos a todo galope con cambios de velocidad y giros de 360 grados sin parar el galope con distancias muy cercanas una de la otra. Cualquier error en el cálculo puede ocasionar un choque. También un resbalón de las patas del caballo puede causar una caída. Somos ocho integrantes las que participamos y los americanos siempre nos preguntan cómo podemos montar con tan solo un pie en el estribo y el otro en al aire a esa velocidad montando de lado. Es peligroso. De hecho, en septiembre del año pasado, un caballo nuevo se echó para atrás y casi me cae encima. Me rompí dos costillas y moretones, raspones por todas partes. En un mes teníamos previstas cinco presentaciones en Utah, y aunque no estaba 100% recuperada, así monté las cinco presentaciones con la ayuda de mis compañeras. Mi mejor amiga Naiomy con su bebé de meses me ayudaba a ensillar el caballo, a bañarme y hasta ponerme las botas porque yo no podía ni agacharme a causa del dolor. Tenía que montar súper derechita (se ríe). Es mi pasión, María, me encanta, no podía dejar a mi equipo solo”.

-Este tipo de deporte, exige mucha dedicación y mucha practica…
“Para mí la charrería, la escaramuza, es mi vida, aunque es mucho trabajo: muchas horas de entrenamiento, requiere bastante concentración y tu tiempo. pero no me veo sin practicar este deporte. Mi sueño es que mis hijos y los hijos de mis hijos crezcan practicándolo. Ya he tenido el privilegio de ser entrenadora de otros equipos y me estoy preparando para ser mejor entrenadora cada día. Me gusta ser parte de algo tan nuestro, la charrería es el deporte nacional de mi país de origen y me da muchísimo orgullo representarlo practicando en otro país y ser parte de que nuestras tradiciones crezcan y no terminen”.

-¿Cómo decidiste empezar?
“Comenzamos hace 10 años. Naiomy me comentó que le gustaría formar un equipo de escaramuza y de inmediato dije que sí, porque era un sueño para mí desde muy niña. Por razones económicas no lo hubiera podido lograr en México, pero ya aquí yo trabajaba y podía hacerlo. A partir de ahí, llevamos ganados varios campeonatos estatales y regionales. Nos hemos clasificado e ido a competir a cuatro congresos nacionales en México. Nuestro entrenador es Guillermo Limón muy reconocido entrenador en México. Uno de los mejores”.

El arte de la charrería se convierte en la octava manifestación cultural de México al haber sido inscrita por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Yo participé como invitada en 2006 en el National Western Stock Show cuando trabajaba como presentadora de noticias en Univisión Colorado. Recuerdo que teníamos que ir en una carreta a alta velocidad en la arena del recinto, y fue una experiencia inolvidable y que desde luego es mucho más difícil de practicar, y más terrorífica de lo que podría aparentar a simple vista.

En este artículo de hoy he querido compartir un pedacito de América que no es tan conocido fuera de Estados Unidos y que merece la pena visitar. No solo por el fondo incomparable de los picos nevados de una de las mayores cordilleras del mundo, o por su ambiente festivo, familiar y diferente, sino porque además en él se puede respirar una camaradería que trasciende razas y fronteras en una época tan complicada de división y negatividad de la que tal vez Washington podría tomar nota.

Cualquier época del año es buena para visitar Denver, pero si quieren una experiencia diferente, durante el National Western Stock Show, la van a disfrutar. Denver, y sobre todo su gente, les va a encantar.

Se los puedo asegurar. Yeehaw!!

TE PUEDE INTERESAR