conversaciones en los limoneros

“Los votos dan legitimidad, pero no inteligencia: un totufo es siempre un totufo”

Lo que ha hecho Francisco Aznar Vallejo (Santa Cruz, 1951) por Canarias en el ámbito exterior no se puede resumir. Es mucho. Ha sido nuestro ministro de Exteriores durante años, bajo los mandatos de Manuel Hermoso y de Román Rodríguez; es decir, el responsable de la Acción Exterior del Gobierno de Canarias.

Cuando la catástrofe de Vargas (Venezuela),  Francisco Aznar fue el primer dirigente español en llegar al lugar de la tragedia, a dar consuelo y ayuda a los residentes isleños, en compañía de Quico Gutiérrez, que fue por varios años su más fiel ayudante. Paco Aznar no sólo tiene a Venezuela en el corazón, sino a toda la América de habla hispana. Ha sido observador internacional en algunos comicios celebrados en países del otro lado del Atlántico. Fue uno de los catedráticos de Instituto más jóvenes de España, con 25 años, antes de ganar la cátedra de Metodología y Didáctica de las Bellas Artes en la Universidad de La Laguna. Estamos almorzando en Los Limoneros, como siempre magníficamente atendidos.

-Ahora Baleares quiere un Estatuto como el nuestro.
“Me parece bien que luchen por sus especificidades. Pero el nuestro tiene que ver con nuestra posición en el mundo. Y nuestro estatus ante Europa está recogido en los tratados de Ámsterdam y de Lisboa. No habrá color, nosotros nos lo hemos ganado a pulso, negociando desde las Islas. Yo recuerdo que con Manuel Hermoso visitamos a 15 ministros de Exteriores para conseguir que se escuchara y se atendieran las demandas de las regiones europeas ultraperiféricas, entre ellas la nuestra”.

-Tengo que hablar contigo de Venezuela, donde estuvimos juntos varias veces y tenemos tantos amigos comunes.
“Bueno, los amigos comunes han salido de allí casi todos. Y de lo que ocurre en Venezuela, no me hables. Hay 800.000 niños pasando hambre. Hace seis meses que los hospitales no atienden a los pacientes. No es ni más ni menos que un país mal gestionado y esto tiene que acabar”.

(Cuando la catástrofe de Vargas, aquella tragedia, Paco Aznar mandó un avión cargado de ayuda. Un Antonov, el avión de carga más grande del mundo, repleto de donaciones de los ayuntamientos y de particulares. Se encontraron cosas curiosas entre esas donaciones, que no vale la pena recordar. Pero la ayuda mereció los elogios del mismísimo presidente Chávez).

-Al que visitamos juntos. ¿Recuerdas?
“Era el primer Chávez, el que ganó las elecciones limpiamente, el patriota que quería cambiar Venezuela. Luego las cosas cambiaron, claro; empezaron a aparecerse los pajaritos”.

(Paco tiene cuatro mujeres en casa. Bueno, alguna hija ya se ha independizado. Celia, su esposa, es vicecónsul de la República Oriental del Uruguay; Arancha, su hija mayor, es notaria de Santa Cruz y preside el Club Oliver; Itziar, la segunda, es una reconocida médico endocrina, y Paloma, la tercera, trabaja en la notaría de su hermana y se licenció en ADE. El profesor Aznar ironiza con simpatía sobre cómo se maneja ante tanto elemento femenino, a domicilio).

“Mira, con respecto a Venezuela, y vale para cualquier país, te diré que los votos dan legitimidad, pero lo que no dan es inteligencia. Un totufo es siempre un totufo. Y nosotros aquí ya vamos por dos totufos. Me parece demasiado”.

-Aquel llamado Estatuto Permanente, el que nos hizo diferentes, costó muchísimo.
“El gran éxito de Canarias fue que nos adelantamos a Madrid, que entre la aceituna y el plátano siempre elegía la aceituna. Por eso fue bueno tomar la iniciativa y negociar también por nuestra parte, incluso ante el propio Gobierno de Madrid. Al final logramos que las regiones ultraperiféricas, y más concretamente la especificidad de Canarias, fueran reconocidas en los tratados de la Unión. Esto fue un éxito, repito”.

-Parece mentira que un país tan pequeño como Canarias haya hecho tanto en el mundo.
“Por la propia necesidad. Asumimos riesgos que eran superiores a nuestro propio tamaño. Mira, ahora se ha inaugurado en San Antonio de Texas un conjunto monumental que recuerda la llegada de los isleños. Se ha erigido en la Plaza de las Islas, la antigua Maine Square. Y aquí hay que ponderar la labor de un embajador excepcional: el tinerfeño Alfonso Chiscano, el cirujano cardio-vascular que ha intervenido a miles de personas, entre ellas a dos presidentes norteamericanos”.

(Francisco Aznar ha sido propuesto para el Premio Canarias por la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife. Pero no quiere hablar de ello, por respeto a los jurados. Sigue hablando de Chiscano).

“Mira, a diferencia con lo que ocurre aquí, el doctor Chiscano, una vez que se ha jubilado como cirujano en ejercicio, ha sido rescatado por la Universidad de San Antonio de Texas para que entrene a los nuevos especialistas. Ya no puede intervenir, porque los seguros americanos no cubren a los médicos de más de 80 años, pero sí puede formar a los nuevos doctores. Este sí que es un sistema que funciona, no el nuestro”.
(Hablamos de El Álamo. En el viejo monasterio que fue escenario de la gesta de David Crockett, Jim Bowie y William Barrett Travis hay una piedra de molino. La llevaron los colonos canarios que lucharon junto a estos tres personajes y a un puñado de valientes contra el general mexicano Antonio López de Santa Anna. Murieron casi todos ellos y Santa Anna fue derrotado, días después, por Sam Houston en la batalla de San Jacinto).

-Paco, una vez conté esto en la radio de Miami y se recibieron más de mil llamadas. La gente quería saber más de los canarios de El Álamo.
“Claro, pero no sólo está la gesta de El Álamo. Fundamos Montevideo. En el Uruguay existen 13 molinos de gofio; y el postre nacional contiene gofio, se llama exactamente torta de gofio. Y el gallego Fernández, que fue la mano derecha de Fidel Castro y que murió hace poco, me dijo en cierta ocasión que el 70% de la población blanca de Cuba era de origen isleño. Y se sentía muy orgulloso de ello. Él quería mucho a Canarias. Grandes cultivadores de tabaco, a los isleños los mandaron a los márgenes de los barrancos, que es donde mejor se da esta planta. Y triunfaron”.

-Siempre fuimos en son de paz. ¿Por eso se nos quiere tanto?
“Sí, porque a todos lados emigramos para trabajar y para progresar y crear riqueza, no con la espada y la cruz. Fuimos con nuestras familias, jamás a imponer nada por la fuerza”.

-Pero cuando tuvo aquella gente que empuñar la espada, la tomó y muy fuerte.
“Sí, fíjate en Pensacola. Los emigrantes canarios ganaron la batalla contra los ingleses, a las órdenes de Bernardo de Gálvez, que había vivido en Canarias. Eran los tiempos de Carlos III. El Congreso de los Estados Unidos le concedió a Gálvez el título de ciudadano de honor, ya en tiempos de Obama. Sólo ocho personas ostentan esta distinción. Su retrato está colgado en el Capitolio. Dirigía un ejército multinacional, pero ahí estaba una brigada integrada por canarios. No es cierto que España no le haya ganado nunca una batalla a Inglaterra. Los tinerfeños vencimos a Nelson y Gálvez y los canarios a los ingleses en Pensacola, pero se habla poco de todo eso”.

(Paco está empeñado en que yo escriba todo lo que sé, pero me niego. Lo que sé está en mis artículos, amigo. Le digo que ya me cuesta escribir, me he convertido en un vago. E insiste. Yo insisto también, pero en lo de El Álamo, que es una historia que a mí me apasiona. Y él responde).

“Hay un libro excelente sobre la gesta, el de Armando Curbelo, descendiente de aquellos canarios, como los Leal y otros. Pero después del libro de Curbelo se han descubierto nuevos episodios de aquella gesta y existen muchas más inscripciones en El Álamo que las cuentan. Estamos ya en la decimocuarta generación después de aquellos hechos”.

-¿Y qué hacemos con Venezuela?
“No lo sé. Y es una pena que la situación no se solucione. Uslar Pietri me dijo una vez que el 70% de los prohombres de su país eran isleños. Fíjate la importancia de nuestra presencia allí. No acaba todo ahí. De los generales mambises que lucharon contra España en Cuba, cinco eran canarios. Nosotros conseguimos que en las bibliotecas nacionales de Venezuela, Uruguay y Cuba se creara un Fondo Canario, que funciona y está a disposición de lectores e investigadores. Y en la Universidad de San Antonio existe una cátedra de Estudios Canarios”.
(Paco Aznar ha tratado mucho a José Mujica (presidente que fue de Uruguay), a Rafael Caldera y Chávez, de Venezuela, y a otros mandatarios de países de habla hispana. No se ha quedado corto en Europa, sobre todo para que Canarias figurara, con voz propia, en eso que llaman Estatuto Permanente. Tendremos ocasión de seguir hablando. Nada que decir de cuando la envidia y la intolerancia lo dejaron fuera de nuestra representación exterior. Daría para varios capítulos. Pero este hombre merece una recompensa, además de las que ya tiene. Y sigue en activo en su cátedra lagunera. Y es uno de los tres únicos españoles que pertenece a la Academia Nacional de San Lucas, de Italia, fundada en 1593 y acaso la más prestigiosa de Europa. Hasta el punto de que, antaño, su máximo responsable ostentaba el título de príncipe, que modernamente se ha cambiado por el de presidente. Nada más y nada menos).

 

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