Munira Abdulla, de 59 años, despertó de un coma después de 27 años. ¿Sus primeras palabras? Omar, el nombre de su hijo, quien relató a The National, medio de los Emiratos Árabes Unidos, que había “soñado años con este momento”. Su madre fue víctima de un accidente de tráfico en 1991.
Munira venía de recoger a su hijo del colegioy, durante el trayecto, colisionó con una guagua. Omar iba en el asiento trasero y salió ileso del accidente gracias a ella, que se interpuso agarrándolo con fuerza apenas segundos antes del choque.
El tratamiento de Munira se ha alargado durante mucho tiempo, si bien consiguió recuperar el conocimiento hace aproximadamente un año. Omar recuerda ahora que “nunca la abandoné porque siempre tuve la sensación de que algún día se despertaría”.
Abdulla fue ingresada en el hospital de Al Ain, también en los Emiratos Árabes Unidos, pero fue traslada a Londrés, donde finalmente se confirmó que había caído en un coma vegetativo, ya que no respondía a los estímulos, según The National.
Finalmente, la mujer acabó nuevamente en Al Ain, donde además residía. Los alimentos se le suministraban mediante un tubo que, a buen seguro, la mantenía con vida. Asimismo, recibía sesiones de fisioterapia para mantener sus músculos activos.
El caso de Munira trascendió a todos los ámbitos del país árabe, incluso, hasta la Corte del Príncipe Heredero, que proporcionó ayuda económica para facilitar su movilización hasta Alemania, donde fue intervenida por los médicos con el objetivo de estimular los brazos y piernas.
Al parecer, una fuerte discusión de su hijo Omar en la misma habitación en la que se encontraba su madre, incitó a esta última a moverse: “Hubo un malentendido en la habitación del hospital y ella sintió que yo estaba en riesgo, lo que le causó una conmoción”, explicó Omar, que además añade que “ella estaba haciendo sonidos extraños y yo llamé a los médicos para que la examinaran, pero me dijeron que todo era normal”.
Hasta aquí todo normal. La sorpresa de Omar llegó tres días después, cuando su madre gritó llamándole: “¡Era ella! Ella decía mi nombre. Yo saltaba de alegría. Durante años soñé con este momento, la primera palabra que dijo fue mi nombre”.
Munira se recupera ahora en Abu Dhabi, donde le practican sesiones de fisioterapia y rehabilitación.
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