Bien por la jueza penal número 1 de Santa Cruz, Sandra Barrera, que celebró juicio oral, por maltrato, contra un animal llamado Sergio M. J. El personaje metió a una perrita pitbull en una maleta, la cerró y la lanzó a un contenedor, en la calle de Los Molinos de Santa Cruz. La perrita comenzó a llorar y su llanto fue escuchado por los vecinos, que abrieron un hueco en la maleta para que pudiera respirar y llamaron a la policía, que entregó al can al refugio de Valle Colino. “Milagros”, que así se llama la protagonista de la historia, ha comparecido en el juicio contra su maltratador, al que el letrado de Valle Colino le pide un año de prisión y la fiscal nueve meses. La fiscal Francisca Sánchez, que ejerce la acción pública, solicita que el agresor, en prisión por otros actos de bandidaje o similares, cumpla la pena completa, en caso de ser condenado. Yo apoyo la petición. “Milagros”, que así se llama la dócil perrita, fue adoptada en su día por una familia y ahora vive feliz y tiene un hogar. Por primera vez, la justicia española ha exigido la intervención de un forense y la presencia de la perra maltratada en un juicio, acompañados de la documentación que obra en poder del refugio de Valle Colino y que contiene un estudio completo de las lesiones que sufría Milagros cuando fue hallada, minutos antes de que pasara por el lugar el camión de la basura. El bárbaro, preso en Sevilla, declaró por videoconferencia que la tiró al contenedor al creerla muerta. Y la jueza ha calificado los hechos de “execrables”, opinión que compartimos, y ha añadido que los animales domésticos “forman parte de la unidad familiar”, lo cual es rigurosamente cierto. Esperamos una sentencia ejemplar, tras siete años de espera.